New Kids Turbo (2010)

“New Kids Turbo” es una comedia provocadora, un torbellino de nihilismo adolescente envuelto en un humor negro que, a pesar de sus inconsistencias, logra mantenerte pegado a la pantalla. La premisa, la cual se basa en la decisión de cinco jóvenes de abandonar la sociedad y negarse a pagar por cualquier cosa, es audaz y desafiante. No se trata de una comedia tradicional que busca hacer reír con situaciones cómicas aisladas; en cambio, explora una forma de rebeldía juvenil radical, un rechazo a las estructuras y un cuestionamiento implícito de la propia moralidad. La película, con un título que evoca velocidad y caos, cumple con esa promesa visualmente, aunque la rapidez a la que se desarrolla la acción a veces deja espacio para la confusión.

La dirección de Bas Pietersen es decididamente frenética. La película se mueve a un ritmo vertiginoso, salpicada de secuencias de acción exageradas y montajes rápidos que, si bien son llamativas, también pueden resultar un poco saturantes. Hay un riesgo constante de caer en el exceso, y aunque Pietersen logra, en general, mantener el control, la necesidad de mantener el ritmo a toda costa puede sacrificar la profundidad de algunas escenas. Sin embargo, la puesta en escena es efectiva para transmitir la sensación de caos y desesperación que sienten los protagonistas, y la banda sonora, una mezcla ecléctica de pop y electrónica, refuerza esa atmósfera. La fotografía, con colores vibrantes y contrastes fuertes, contribuye al ambiente distópico y anárquico de la película.

El reparto es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Las actuaciones son sólidas, con una dinámica natural entre los cinco protagonistas. Cada uno de ellos está bien definido, con sus propias peculiaridades y motivaciones. Hay un palpable desparpajo en el grupo, y esa autenticidad se transmite al espectador. Ewold van der Plas, como Daan, el líder del grupo, ofrece un desempeño particularmente convincente, logrando transmitir tanto la frustración y el resentimiento de un joven que se siente ignorado por la sociedad, como su creciente ambición y egoísmo. Los demás miembros del grupo, interpretados por Joris van Langeloen, Tom Swinnen, Quintino Pelger y Sven Ridders, complementan a la perfección la dinámica grupal y aportan su propio peso dramático a la trama.

A pesar de sus virtudes, la película no está exenta de defectos. El guion, a veces, se siente un poco apresurado, con diálogos que pueden resultar un tanto artificiosos. La trama, aunque interesante, no siempre se desarrolla de la manera más lógica o coherente. Algunos de los episodios, especialmente aquellos centrados en los intentos del grupo por robar o causar estragos, pueden sentirse un poco descarados y carecer de la sutileza que podría haber elevado la película a un nivel superior. No obstante, la película logra explorar temas complejos como la desigualdad social, la alienación juvenil y la búsqueda de sentido en un mundo aparentemente caótico. Es una mirada incómoda a la juventud contemporánea, un espejo distorsionado que refleja la frustración y el descontento de una generación que se siente abandonada.

Nota: 6.5/10