Ni en sueños (2010)

“Ni en sueños” (”Never Let Me Go”) es, en esencia, una comedia romántica improbable, pero con un corazón que late con una melancolía inesperada. La película, dirigida por el dúo Mark and Jay Duplatt, se instala en la vida ordinaria de Kirk (Jay Baruchel), un tipo anónimo y frustrado que trabaja como guardia de seguridad en un aeropuerto, y la transforma, de manera abrupta, en una comedia romántica con un toque de surrealismo. La premisa es, a primera vista, sencilla: un hombre de poca monta y una mujer extraordinariamente atractiva se enamoran. Sin embargo, la película se va más allá de la simple comedia, explorando temas de identidad, aceptación y el anhelo de trascender las barreras sociales y emocionales.

La dirección de Mark y Jay Duplatt es notablemente sutil. Evitan caer en clichés y utilizan un estilo visual que se mantiene a un nivel de naturalidad que contribuye a la sensación de que estamos observando la vida de Kirk sin interferir. La película no busca grandes espectáculos visuales, sino que se centra en la atmósfera y las micro-expresiones de los personajes. La banda sonora, en consonancia con el tono general, es discreta pero efectiva, logrando subrayar los momentos de tensión y comedia. El uso del color es interesante, con predominio de tonos apagados que contrastan con la vivacidad de Molly (Alice Eve), resaltando su diferencia con la rutina de Kirk.

Las actuaciones son, en general, sólidas. Jay Baruchel ofrece una interpretación convincente como Kirk, transmitiendo a la perfección su incredulidad inicial, su frustración y, finalmente, su vulnerabilidad. Alice Eve, por su parte, aporta un encanto y una sofisticación que complementan a la perfección la personalidad de Molly. La química entre los dos actores es palpable, y es gracias a ello que la relación entre Kirk y Molly se siente creíble, incluso cuando se produce de manera exagerada. El reparto de apoyo, con personajes como la madre de Kirk (Bonnie Hunt) y el mejor amigo de Kirk (Donald Faison), ofrecen momentos cómicos y contribuyen a la dinámica familiar de la película.

El guion, aunque tiene sus momentos de exceso, es inteligente y plantea preguntas interesantes sobre la naturaleza del amor y el deseo de escapar de la propia realidad. La película no se limita a la comedia romántica tradicional. La trama, a pesar de su tono ligero, se adentra en la reflexión sobre el arrepentimiento, la pérdida de la inocencia y el valor de las relaciones humanas. Es cierto que algunos diálogos resultan un tanto gratuitos, y la resolución final puede resultar un tanto abrupta, pero en su conjunto, el guion es capaz de mantener el interés del espectador y provocar una reflexión sobre los temas que plantea. La idea de la "ciencia" que subyace al universo de la película, aunque no se explora en profundidad, añade una capa de complejidad y misterio a la historia.

Nota: 7/10