Nightlife (2020)

“Nightlife” de Christian Albul, es una película que promete un encuentro romántico en la vibrante y desordenada Berlín, pero entrega una experiencia cinematográfica que, aunque visualmente atractiva, se siente a veces hueca y con un guion que no logra alcanzar su potencial. La película se centra en Milo, interpretado con una mezcla de desencanto y hedonismo por parte de Ben Whishaw, un barman que ha construido su vida alrededor de las noches y la búsqueda del placer inmediato. Su mundo se ve sacudido cuando conoce a Sunny (Vivian Rosenthal), la mujer que, de alguna manera, parece destinada a ser su final feliz. Este encuentro, el núcleo de la trama, está construido con una atmósfera de misterio y promesa, pero la ejecución carece de la profundidad necesaria para generar una verdadera conexión emocional con los personajes.

La dirección de Albul es, sin duda, lo más destacado de la película. Berlín se presenta como un laberinto nocturno, con colores saturados y una estética visual que recuerda a la fotografía de moda, capturando la energía frenética de la ciudad y la opulencia clandestina de sus clubes. La banda sonora, compuesta por Christian Ziegler, es excelente, y juega un papel fundamental en la creación de la atmósfera, amplificando la sensación de euforia y peligro que impregna la narrativa. La puesta en escena es impecable, y la película se beneficia de un uso audaz de la luz y la sombra, creando imágenes que son visualmente impactantes y memorables. Sin embargo, a pesar de esta calidad técnica, la película no logra superar su propia formalidad, a veces volviéndose excesivamente estilizada y carente de autenticidad.

Las actuaciones, en general, son correctas. Ben Whishaw ofrece una interpretación adecuada de un hombre al borde del colapso, pero su personaje carece de la complejidad emocional necesaria para que el espectador se involucre realmente en su historia. Vivian Rosenthal, como Sunny, aporta un aire de misterio y vulnerabilidad, aunque su personaje se queda a medio desarrollar. El antagonista, Renzo, interpretado por Alexander Ludwig, es un cliché del villano implacable y no ofrece ninguna sorpresa ni profundidad. El guion, escrito por Albul y Daniel Albaladea, es el punto más débil de la película. La trama se complica con demasiadas subtramas y personajes secundarios que no contribuyen significativamente al desarrollo de la historia. El ritmo es irregular y las escenas se alargan innecesariamente, diluyendo la tensión y el suspense. La resolución final, aunque visualmente impactante, no cumple con las expectativas creadas a lo largo de la película y se siente abrupta y poco satisfactoria. La película parece apuntar a un thriller de crimen con toques de romance, pero no logra integrar estos elementos de forma coherente.

En definitiva, "Nightlife" es una película visualmente atractiva, con una excelente banda sonora y una dirección habilidosa, pero que termina decepcionando por su guion frágil y personajes poco desarrollados. Es un experimento cinematográfico que, aunque interesante, no alcanza a ser realmente memorable.

Nota: 6/10