Nine (2009)

“Nine” es un torbellino de emociones, un festival de deseo y una exploración visualmente impactante de la crisis creativa y existencial. La película, dirigida con una audacia sorprendente por Rob Marshall, no se limita a ser una adaptación de un musical de Broadway de 1982, sino que se erige como un complejo homenaje al "8 1/2" de Fellini, rescatando la idea de la mente dividida y la lucha por la coherencia en un artista atormentado.

Daniel Day-Lewis, en su regreso al cine tras un largo descanso, ofrece una interpretación magistral de Guido Contini, un director de cine al borde del colapso. No es un héroe idealizado, sino un hombre vulnerable, obsesionado con el arte y con la búsqueda de la perfección, pero también profundamente inseguro y con una tendencia a la autodestrucción. Day-Lewis se entrega por completo a la tarea, encapsulando la frustración, el miedo y la desesperación de Guido con una sutileza increíble. Su interpretación va más allá de la mera representación, se siente que *es* Guido, compartiendo su tormento interior y su necesidad desesperada de ser visto como un genio.

La película se beneficia enormemente de un elenco estelar que, sin duda, eleva la experiencia. Marion Cotillard, como Carla, la esposa de Guido, aporta una complejidad y una melancolía conmovedoras, mientras que Penélope Cruz, como la joven y ambiciosa amante, irradia una energía desenfrenada y una inocencia que contrasta con la madurez y el hastío de Guido. Nicole Kidman, Judi Dench y Sophia Loren, cada una con su propio peso y experiencia, contribuyen a crear un mosaico de personajes complejos y multifacéticos. La química entre los actores es palpable, y las interacciones entre ellos son el corazón de la película, donde se revelan las verdaderas motivaciones y los deseos ocultos detrás de cada personaje.

El guion, adaptado de la obra teatral de Tom Stoppard, es a la vez ingenioso y emocionalmente resonante. La película se mueve entre escenas de audición desordenadas, encuentros inesperados y momentos íntimos, tejiendo una trama que explora la naturaleza de la creatividad, el amor y la búsqueda de la identidad. Si bien la estructura, a veces, resulta un poco confusa, la película logra mantener el interés del espectador gracias a su ritmo frenético y su capacidad para capturar la esencia de la vida creativa. Marshall, como director, evita caer en la sentimentalidad fácil, prefiriendo mostrar la lucha interna de Guido a través de la puesta en escena, la música y la dirección de arte. La banda sonora, compuesta por Stephen Sondheim, es particularmente efectiva para transmitir las emociones y los estados de ánimo de los personajes.

En definitiva, “Nine” es una película que desafía al espectador a cuestionarse las propias obsesiones y la naturaleza de la perfección. Es una película estimulante, visualmente atractiva y, sobre todo, profundamente humana. Aunque no sea una obra maestra absoluta, es sin duda una experiencia cinematográfica memorable.

Nota: 7.8/10