Ninja (2009)

“Ninja” (2022) no es una película que redefine el género, ni mucho menos. Se trata más bien de una propuesta algo torpe, un ejercicio de entretenimiento con un presupuesto limitado que se aferra a clichés y elementos visuales que, aunque estilizados, carecen de la solidez y el impacto que podríamos esperar. Sin embargo, la película tiene momentos de gracia y una energía contagiosa que, en cierto modo, compensan sus numerosas fallas.

La dirección de Jonas Myrer es, en general, competente. Logra construir un ambiente visualmente atractivo, especialmente en las escenas de acción, donde el uso de cámara lenta y la puesta en escena, aunque simple, dan cierta espectacularidad a los combates. Hay cierta fidelidad al mundo ninja, aunque la película no profundiza en la filosofía o en la complejidad del arte marcial. Se centra más en la acción pura y dura, lo que resulta en algunos momentos repetitivos y predecibles. La banda sonora, electrónica y enérgica, contribuye a crear una atmósfera de tensión, aunque también puede resultar algo estridente en algunas escenas.

El reparto es un factor clave para el éxito de la película. Rick Yune ofrece una actuación sólida como Casey, transmitiendo la vulnerabilidad y el crecimiento del personaje con una naturalidad que contrasta con algunas actuaciones menos convincentes. Sushar Lakhi, como la joven ninja Akira, destaca por su presencia y su capacidad para transmitir la determinación y el ingenio. Sin embargo, el resto del elenco, en su mayoría actores desconocidos, no llegan a alcanzar el mismo nivel de credibilidad. La química entre los protagonistas es correcta, aunque no llega a generar una conexión emocional significativa.

El guion es, con diferencia, el punto más débil de la película. Se siente como un intento de adaptar un cómic americano a un contexto japonés, con resultados desiguales. Las diálogos son a menudo poco naturales y forzados, y la trama se complica innecesariamente con subtramas que no aportan nada sustancial a la historia principal. La resolución final, aunque espectacular, se siente un poco apresurada y carente de resonancia dramática. La película introduce conceptos sobre la ‘Yoroi Bitsu’ y el legado de los Ninja Koga, pero la explicación se ofrece de manera superficial, dejando muchas preguntas sin respuesta. Se podría haber aprovechado para explorar temas como el equilibrio entre la tradición y la modernidad, la responsabilidad del conocimiento y el peligro de la obsesión, pero la película opta por la simplicidad y el entretenimiento superficial.

En definitiva, “Ninja” es una película entretenida pero olvidable. Ofrece unos buenos momentos de acción visualmente atractivos, pero carece de profundidad y de un guion sólido. Se podría haber convertido en una propuesta más interesante si hubiera explorado mejor sus premisas y hubiera apostado por un desarrollo más cuidadoso de sus personajes y su mundo. No es una obra maestra, pero tampoco un desastre absoluto. Se la puede ver con una actitud relajada y sin grandes expectativas.

Nota: 5/10