Nivel 13 (1999)

“Nivel 13” es, en su esencia, una película que intenta conjugar el thriller noir clásico con una premisa de ciencia ficción que, si bien presenta ideas interesantes, termina siendo un ejercicio de ritmo irregular y de diálogos a veces forzados. La historia, centrada en Douglas Hall, impulsada por la muerte de su amigo Hannon Fuller, lo arrastra a un entramado de secretos, violencia y dimensiones paralelas que, en principio, prometen ser sorprendentes. Sin embargo, la película lucha por equilibrar la ambición de su concepto con la ejecución de la narrativa, y a veces se siente como si la historia se disolviera en un laberinto de explicaciones.

La dirección de Ben Cadeo se siente a veces distante, sin crear una atmósfera realmente envolvente. A pesar de que el uso del color y la fotografía recuerdan a las películas de los años 30, esto no logra, en sí mismo, transmitir una profunda sensación de decadencia o de peligro latente. Hay momentos que sí funcionan, como algunas escenas nocturnas en Los Ángeles que evocan la oscuridad y el misterio, pero en general, la dirección carece de un sello distintivo que la haga memorable. La banda sonora, aunque adecuada para el tono de la película, se repite demasiado, perdiendo efectividad a medida que avanza la trama.

El reparto ofrece actuaciones sólidas. Michael Rosenbaum, como Douglas Hall, es convincente como un hombre desencajado que se ve obligado a lidiar con eventos extraordinarios. Su interpretación transmite la desesperación y el miedo de un hombre que se encuentra fuera de lugar. El resto del elenco secundario, incluyendo a los interpretados por las estrellas invitadas, aporta variedad y dinamismo al conjunto. Sin embargo, algunas de las actuaciones, especialmente las de los personajes femeninos, se sienten ligeramente planas y carentes de profundidad, lo que limita su impacto en la historia.

El guion, sin duda, es el punto más débil de la película. La idea central de dos mundos paralelos es intrigante, pero se explora de forma superficial y a veces confusa. El ritmo es errático, con momentos de acción y suspense intercalados con largos diálogos explicativos que ralentizan la trama. La justificación de la existencia de estos mundos y las reglas que los gobiernan no están completamente desarrolladas, lo que genera dudas en la mente del espectador. El guion se apresura a presentar elementos de diferentes géneros, como el thriller, el drama y la ciencia ficción, sin lograr que ninguno de ellos se integre de forma coherente. Se siente como si los autores hubieran estado tratando de abarcar demasiado terreno con una narrativa poco pulida.

A pesar de sus defectos, “Nivel 13” ofrece algunos momentos de entretenimiento. La premisa es lo suficientemente interesante como para mantener la atención del espectador durante un tiempo, y la acción en algunas escenas es lo suficientemente intensa. Pero, en última instancia, la película no cumple con el potencial que su idea original le ofrece. Se queda en un nivel intermedio, carente de la profundidad y la coherencia necesarias para ser considerada una obra destacada.

Nota: 6/10