No es tan fácil (2009)

“No es tan fácil” (No es tan fácil) es una comedia dramática con un núcleo sorprendentemente resonante sobre la edad, el divorcio y el impacto de nuestras vidas pasadas en el presente. La película, dirigida por Hannah Burns, se presenta como un estudio de personajes en el que la vida cotidiana de Jane, una mujer de mediana edad que ha construido una vida aparentemente estable pero repleta de complicaciones, se ve irrevocablemente alterada por la llegada de una nueva pareja a su vida. La película no ofrece grandes espectáculos visuales, sino que se centra en la intimidad de la relación entre Jane y Jake, con un resultado a menudo incómodo pero profundamente convincente.

El guion, a cargo de Scott Reardon, no busca melodramas fáciles. Evita la sentimentalidad excesiva y, en su lugar, se atreve a explorar la complejidad de las emociones humanas. La trama, inicialmente aparentemente sencilla, desarrolla ramificaciones inesperadas que provocan un debate sobre el significado de la felicidad, la aceptación y la definición de lo que constituye una relación significativa. La película no rehuye las frustraciones y los celos que surgen cuando un adulto que ha creído haber superado un pasado doloroso se ve obligado a enfrentarse a él. Lo que funciona mejor es la forma en que se explora el sentimiento de desplazamiento que Jane experimenta, la sensación de que, de repente, se ha convertido en “la otra” en la vida de Jake. Este tema, tratada con un tono realista y sin caer en clichés, es el corazón de la película y lo que la diferencia de otros títulos con premisas similares.

Las actuaciones son, en su mayoría, sobresalientes. Kate Hudson, como Jane, ofrece una interpretación matizada y llena de sutilezas. Hudson, conocida por su carisma en comedias románticas, demuestra una gran capacidad para transmitir la vulnerabilidad y la frustración de su personaje. La química entre Hudson y Heath Ledger (en su última actuación) es particularmente notable. Ledger aporta una encarnación de Jake que es a la vez encantadora y desesperada, creando un diálogo tenso y honesto con Hudson. Adam Driver, aunque con un papel relativamente pequeño, deja claro su talento interpretativo, embelleciendo la atmósfera con su tranquila presencia como el arquitecto, Adam. Su interpretación es sutil pero muy eficaz, aportando un aire de misterio y enigmática calma.

Sin embargo, la película no está exenta de imperfecciones. El ritmo puede sentirse un poco irregular en algunos momentos, y algunas de las subtramas secundarias podrían haberse desarrollado más profundamente. No obstante, estas pequeñas deficiencias palidecen ante la honestidad emocional y la complejidad psicológica de la historia principal. “No es tan fácil” es una película que invita a la reflexión y que permanece en la mente mucho después de que los créditos finales han terminado de rodar. Es una pequeña joya que celebra el poder de la resiliencia y la importancia de encontrar la felicidad en los lugares más inesperados.

Nota: 7.5/10