No mires al demonio (2022)

“No mires al demonio” (No Look at the Demon) es una película que, a pesar de su premisa intrigante y su ambientación, no logra alcanzar el potencial que aparenta. El relato se sitúa en las húmedas y misteriosas tierras altas de Fraser’s Hill, Malasia, donde un equipo de investigadores paranormales se adentra en una mansión con una historia sombría plagada de extraños sucesos. La película, dirigida por Tan Zan y que cuenta con el debut en la dirección de Ben Tan, se caracteriza por un enfoque pausado y una atmósfera inquietante que, en su conjunto, resulta prometedora, aunque a veces se queda en el terreno de lo predecible.

La dirección de Ben Tan demuestra un buen ojo para la composición visual. El uso de la luz y la sombra, combinados con la exuberante vegetación y la arquitectura colonial en ruinas, crea un ambiente opresivo y claustrofóbico. Sin embargo, la cámara, a menudo enfocada en los rostros de los personajes, no explora suficientemente el espacio en sí, lo que limita la capacidad de la película para generar una verdadera sensación de inmensidad y peligro. La película se apoya mucho en la creación de tensión sutil, más que en sustos repentinos, y esto funciona bien, pero a veces se convierte en una tregua prolongada que puede resultar frustrante para el espectador que busca algo más dinámico.

El reparto ofrece actuaciones sólidas, especialmente destacar la interpretación de James Rochard como el líder del equipo, un investigador experimentado con un pasado turbulento. Su duda y su determinación son palpables. La química entre los miembros del equipo – interpretados por Daniel Wu, Sarah Lian, y Agnes Lok – es razonable y contribuye a que la dinámica del grupo sea creíble. Sin embargo, algunos de los personajes quedan ligeramente planos y carecen de un desarrollo profundo, reduciendo su impacto emocional en la narrativa. No obstante, la autenticidad con la que se interpreta la fragilidad psicológica de los protagonistas es un punto fuerte.

El guion, en mi opinión, es donde la película más se estanca. La historia, aunque con sus momentos interesantes, se siente un tanto recargada con información y flashbacks que a veces interrumpen el flujo narrativo. Se intenta explorar las raíces del mal en la mansión y en los propios investigadores, lo cual es una buena idea, pero la ejecución resulta a veces confusa y poco coherente. Algunos de los elementos sobrenaturales, aunque bien presentados visualmente, carecen de una justificación lógica dentro del universo de la película. La película se pierde demasiado en la explicación de las motivaciones de los espíritus, perdiendo el ritmo y dejando que el espectador se sienta un poco desconectado de la trama principal. El ritmo pausado, que si funciona en la creación de tensión, termina socavando el interés por la historia en su conjunto.

En definitiva, “No mires al demonio” ofrece una experiencia visualmente interesante y con actuaciones sólidas, pero su guion imperfecto y la falta de originalidad en la trama le impiden alcanzar su potencial. Es una película que puede ser disfrutada por aquellos que aprecien los thrillers paranormales lentos y atmosféricos, pero que probablemente decepcionará a aquellos que buscan una experiencia más emocionante o con mayor profundidad.

Nota: 6/10