Noche de bodas (2019)

“Noche de Bodas” (Marriage Story) es, sencillamente, un golpe al corazón. No es una película grandilocuente ni espectacular, pero sí una exploración visceral y brutal de la disolución del matrimonio. Netflix la presentó como un drama legal, y si bien la batalla judicial ocupa una parte significativa del metraje, la verdadera esencia de la película reside en la desgarradora desintegración de la relación entre Scott y Diane, interpretados magistralmente por Adam Driver y Scarlett Johansson. La película no se centra en los argumentos legales o en la búsqueda de la justicia, sino en las emociones crudas, las heridas invisibles y la pérdida silenciosa que acompaña a la ruptura.

La dirección de Noah Baumbach es precisa y sobria, permitiendo que la cámara observe a los protagonistas sin juzgar. No hay momentos de melodrama innecesario, ni flashbacks artificiosos que interrumpan el flujo de la historia. La película se construye con una paciencia casi meditativa, permitiendo que el espectador se sumerja en la atmósfera de desconfianza y creciente dolor que permea cada escena. Los planos son cercanos, íntimos, casi como si estuvieran capturando conversaciones reales. El uso del color, aunque sutil, es efectivo para establecer el estado emocional de los personajes y el tono general de la película. Baumbach, como siempre, domina el ritmo lento pero implacable que define su cine.

Las actuaciones de Driver y Johansson son, sin duda, el pilar fundamental de la película. Ambos ofrecen interpretaciones extraordinarias, mostrando la vulnerabilidad, la frustración, el amor y el resentimiento que terminan por destruir su matrimonio. Driver transmite con una quietud devastadora la creciente sensación de abandono y el dolor de ver a su esposa alejarse. Johansson, a su vez, despliega una complejidad emocional que es conmovedora y, a veces, frustrante. No es fácil ver a Diane tomar decisiones que parecen autodestructivas, pero Baumbach evita la simplificación, mostrando la lógica distorsionada de una mujer que intenta, a su manera, protegerse de un amor que se ha vuelto tóxico. Las interacciones entre los dos actores están cargadas de tensión, matices y silencios que dicen más que mil palabras.

El guion, coescrito por Baumbach y Scott Neustad, es brillante. Evita los clichés del melodrama romántico y ofrece una visión realista y, a la vez, profundamente humana de un divorcio. Los diálogos son afilados y honestos, capturando la complejidad de la comunicación en una relación que se ha deteriorado. La película explora las motivaciones subyacentes de cada personaje, revelando que el divorcio no es el fin de una historia de amor, sino el resultado de una serie de errores, malentendidos y heridas no sanadas. A pesar de su enfoque en el dolor, “Noche de Bodas” también ofrece momentos de humor sutil y de esperanza, recordándonos que, incluso después de la destrucción, es posible encontrar la fuerza para seguir adelante. La película no intenta ofrecer respuestas fáciles, sino simplemente presentar la realidad cruda y dolorosa de la pérdida.

Nota: 8.5/10