Noche de juegos (2018)

“Noche de Juegos” (Game Night) se presenta como una propuesta refrescante dentro del género thriller que, con frecuencia, recae en fórmulas ya probadas. Sin embargo, la película de Jake Kasdan logra trascender esa expectativa gracias a una dirección ágil y un guion ingenioso que, a pesar de algunos tropiezos, mantienen al espectador enganchado desde el primer minuto. La película no pretende reinventar la rueda; es consciente de sus referentes, de los thrillers de “verlan” y de las comedias de “whodunit”, pero los utiliza con una vitalidad y un ritmo que la hacen sumamente entretenida.

La dirección de Kasdan es precisa y dinámica, explotando al máximo el claustrofóbico ambiente de las casas de los personajes. La tensión no se construye con efectos especiales grandilocuentes, sino con un uso magistral del sonido, la iluminación y la puesta en escena. Cada escena, incluso las más aparentemente inocuas, está cargada de sutiles indicios que anticipan el giro de guion. La película se beneficia enormemente de su corta duración (justos 93 minutos), lo que le permite concentrarse en el desarrollo del misterio y en la construcción de sus personajes, evitando dilaciones innecesarias. El ritmo, acelerado y con constantes giros argumentales, es uno de los puntos fuertes de la película. Es cierto que algunas decisiones de dirección pueden parecer un tanto forzadas para generar suspense, pero en general, la dirección mantiene un equilibrio que favorece el disfrute del espectador.

Las actuaciones son sólidas y contribuyen significativamente al éxito de la película. Kyle Chandler, en el papel de Brooks, ofrece una interpretación encantadora y carismática, logrando convencer al espectador de la importancia de su personaje. Alicia Vikander y Seth Rogan, como Max y Annie, respectivamente, complementan muy bien la actuación de Chandler y aportan un toque de humor que alivia la tensión de la trama. El resto del elenco, incluyendo a Brett Gelman como el enigmático Redford, también cumple con creces. Se nota que los actores disfrutan de sus papeles y la dinámica del grupo de amigos, lo que se traduce en una interpretación natural y convincente.

El guion, escrito por Jake Kasdan y Aaron Leveque, se basa en una premisa interesante: ¿Qué sucede cuando una noche de juegos se convierte en algo mucho más peligroso de lo que se esperaba? La historia es original, con un planteamiento que es a la vez divertido y inquietante. Si bien hay algunos momentos predecibles y ciertas elecciones de guion que podrían haber sido más elaboradas, la película consigue mantener el interés del espectador gracias a sus giros argumentales y a la evolución de los personajes. La película no se anda con rodeos al explorar temas como la amistad, la confianza y el límite entre la realidad y la ficción. La construcción del misterio es inteligente y el desarrollo de las sospechas es gradual, manteniendo al espectador en constante alerta. El uso de la comedia para aliviar la tensión es efectivo y ayuda a crear un ambiente de disfrute. Sin embargo, el final, aunque satisfactorio, podría haber sido más impactante.

Nota: 7.5/10