Noche y día (2010)

“Noche y día” (Night and Day) es una película que, a primera vista, parece un descenso a la aventura más convencional del thriller de espías. Sin embargo, tras un inicio que podría resultar un tanto genérico, se revela una experiencia cinematográfica sorprendentemente inteligente, con un enfoque en la incertidumbre y la cuestionamiento de la identidad. La película, dirigida con una notable sutileza por Mark Goulding, no se dedica a soltar explicaciones ni a revelar sus cartas demasiado pronto; en su lugar, la experiencia se construye meticulosamente alrededor de la tensión, la paranoia y la sensación constante de que nada es lo que parece.

La premisa de la película, la encuentro recurrente entre una mujer, interpretada con una naturalidad admirable por Gemma Arterton, y un hombre enigmático, interpretado de manera particularmente sutil por Riz Ahmed, es la base de una narrativa que se aferra a la ambigüedad. La relación entre estos dos personajes no es un romance convencional, sino más bien un juego de miradas, gestos y silencios que sugieren una historia mucho más profunda y compleja. La química entre Arterton y Ahmed es palpable, aunque no se basa en la pasión romántica, sino en una comprensión tácita de su destino compartido. Su interacción es la columna vertebral de la película, impulsando la narrativa hacia adelante con una intensidad silenciosa.

La dirección de Goulding es clave para el éxito de la película. Evita el glamour excesivo del género de espías, optando por un estilo visual sobrio y realista. Las localizaciones, que varían desde las bulliciosas calles de Nueva York hasta los paisajes exóticos del sudeste asiático, no son meros fondos decorativos, sino que contribuyen a la atmósfera de desorientación y alienación. La banda sonora, minimalista y en ocasiones inquietante, complementa a la perfección la tensión narrativa, subrayando la sensación de estar en un territorio desconocido.

El guion, coescrito por Goulding y el director ejecutivo, James Watkins, es probablemente el elemento más destacable de la película. La trama se desarrolla con una lentitud deliberada, permitiendo que el espectador se sumerja en la incertidumbre y se cuestione la realidad de los acontecimientos. Las conversaciones son agudas y llenas de doble sentido, y los flashbacks, utilizados con moderación, ofrecen fragmentos de información que, lejos de aclarar la situación, la enmascaran aún más. La película juega con las expectativas del espectador, obligándole a interpretar los acontecimientos y a cuestionar su propia percepción de la realidad. No es una película para aquellos que buscan respuestas fáciles; es una invitación a la reflexión y a la incertidumbre.

En definitiva, "Noche y día" es una película inteligente y original, que desafía las convenciones del género de espías y ofrece una experiencia cinematográfica refrescante y estimulante. Es una película que, aunque no entrega todas las respuestas, recompensa al espectador por su capacidad de análisis y por su disposición a abrazar la incertidumbre. Es una joya cinematográfica que merece ser descubierta.

Nota: 8/10