Non-Stop (Sin escalas) (2014)

“Non-Stop” (Sin escalas) es una película que, a primera vista, podría parecer otra fórmula de thriller de aeropuerto. Sin embargo, tras un primer momento de cierta lentitud y un ritmo inicial que no es precisamente frenético, la película se revela como un ejercicio de suspense psicológico sorprendentemente efectivo. La premisa, una amenaza constante y un mensaje encriptado que presiona al protagonista a realizar una transferencia bancaria millonaria, es lo suficientemente sólida como para mantener la tensión durante todo el metraje, y la dirección de Adam McKay, usualmente conocida por comedias, demuestra una notable habilidad para construir una atmósfera de claustrofobia y paranoia.

La película, en su núcleo, explora la crisis existencial de Bill Marks (Brendan Gleeson), un agente del servicio aéreo de los Marshalls que ha perdido el brillo y se siente desconectado de su trabajo. Su actuación es, de lejos, el punto fuerte de la película. Gleeson logra transmitir la frustración, la soledad y la profunda desilusión del personaje con una sutileza admirable. La película se beneficia enormemente de su interpretación, ya que es a través de la mirada de Bill que el espectador se involucra emocionalmente en la historia. Jennifer Aniston también ofrece una actuación destacada como Kerrigan, una doctora que se convierte en la inesperada aliada de Marks, aportando una mezcla perfecta de vulnerabilidad y determinación.

Si bien el guion presenta algunos puntos débiles en cuanto a la complejidad de la trama y la explicación de ciertos elementos, la narrativa se mantiene intrigante gracias a la constante presión y a la falta de respuestas claras. McKay evita caer en clichés del género, y la película no rehúye de explorar los momentos de vulnerabilidad y el impacto emocional de la situación en los personajes. La tensión se construye gradualmente, y el uso del espacio confinado del avión como escenario principal es particularmente efectivo. La película se beneficia de una banda sonora atmosférica que acentúa el sentimiento de aislamiento y la amenaza inminente.

Sin embargo, hay que reconocer que la película a veces se aferra demasiado a ciertos tropos del thriller y que algunos giros argumentales, aunque efectivos, podrían haber sido más sutiles. La resolución, aunque satisfactoria, también podría parecer un poco apresurada para algunos espectadores. A pesar de estas pequeñas imperfecciones, "Non-Stop" es una película de suspense bien construida y entretenida, que supera las expectativas iniciales y demuestra la capacidad de McKay para trabajar en un género diferente al que normalmente maneja. La película se beneficia de una sólida actuación de Gleeson y de una atmósfera de suspense que te mantiene al borde del asiento hasta el final. Es un thriller psicológico que, más allá de los efectos especiales y la acción, busca explorar la condición humana bajo una presión extrema.

Nota: 7.5/10