Norte salvaje (1952)

“Norte salvaje” (Raw), la reciente película canadiense dirigida por Ryan Coogler, no es solo una historia de supervivencia; es un estudio visceral de la redención y la fragilidad del alma humana, envuelto en un paisaje implacable y hermoso. La película, lejos de buscar la espectacularidad convencional del género, se centra en el silencio y el aislamiento, utilizando el entorno natural como un personaje más en la lucha de sus protagonistas. Y en el centro de esa lucha encontramos a Jules (Stewart Granger), un joven caza mayor que se ve repentinamente confrontado a la justicia y, sobre todo, a su propio pasado.

La dirección de Coogler es magistral en su minimalismo. Evita el uso de diálogos innecesarios, permitiendo que las miradas, los gestos y la banda sonora atmosférica (interpretada, de forma brillante, por Nicholas Eucodente) hagan la mayor parte del trabajo narrativo. El dominio del espacio natural es palpable, cada secuencia en la nieve, cada crujido de la nieve bajo los pies, transmite una sensación de peligro inminente y de la dificultad extrema de la situación. La fotografía, impecable, captura la belleza agreste del paisaje canadiense, contrastando con la oscuridad que se cierne sobre Jules y el oficial de policía, Paul Strong (Glenn Close).

La actuación de Stewart Granger como Jules es, sin duda, la joya de la corona de la película. Granger ofrece una interpretación poderosa y contenida, revelando la complejidad del personaje a través de sus silencios y de sus pequeñas gestos. La película construye un retrato psicológico creíble de un hombre atormentado, un hombre que ha cometido un error grave y que se debate entre la inocencia y el remordimiento. La actuación de Glenn Close, por su parte, es sutil pero efectiva, mostrando la determinación y la frustración de un hombre que se ve atrapado en una situación imposible. No se trata de un personaje con el que se pueda simpatizar fácilmente, sino de un hombre que lucha por mantener la cordura en medio del caos. La tensión entre ambos personajes, a pesar de la falta de diálogo, es constante y se alimenta de la desconfianza mutua.

El guion, adaptado del libro homónimo de Nicholas Pileggi, es inteligente y evoca la atmósfera del “Wild West” moderno. No hay lugar para clichés ni para melodramatismos gratuitos. La película explora la idea de la “legitimidad” en un contexto brutal, cuestionando si la muerte en defensa propia siempre es una justificación válida. El guion también trata temas importantes como la soledad, la responsabilidad y las consecuencias de nuestras acciones. La película no ofrece respuestas fáciles, sino que plantea preguntas inquietantes y deja al espectador reflexionando sobre la naturaleza humana.

En definitiva, “Norte salvaje” es una película impactante, visualmente deslumbrante y con interpretaciones excepcionales. Es un thriller psicológico que te atrapa desde el principio y te deja con una sensación de inquietud duradera. No es una película para todos los públicos, pero para aquellos que aprecien el cine que desafía y que invita a la reflexión, es una experiencia inolvidable.

Nota: 8/10