Nostalgia (1983)

“Nostalgia” no es una película para entrar y salir. Es una inmersión profunda en la atmósfera opresiva y melancólica de un viaje italiano, un peregrinaje que parece tanto una investigación histórica, como una profunda reflexión sobre la existencia, la memoria y el peso del pasado. Andrei Gorèakov, interpretado magistralmente por Denis Ménochet, nos presenta a un poeta atormentado y en busca de respuestas, mientras que Eugenia, personificada con una gracia silenciosa por Alba Galés, lo acompaña en un recorrido marcado por la incomunicación y una extraña, casi premonitoria, sensación de desasosiego.

La dirección de Gorèakov es absolutamente impecable. Se distancia radicalmente del melodrama convencional, empleando una fotografía deslumbrante, casi como si la luz fuera una entidad viva que presiente la destrucción inminente. Los paisajes, desde las ciudades vibrantes hasta los rincones más apartados, son retratados con una belleza desoladora. La paleta cromática, dominada por tonos grises y azules, crea una atmósfera onírica y sombría, reforzada por la banda sonora minimalista y perturbadora de Max Richter. Gorèakov no busca mostrar la historia de un compositor del siglo XVI; en su lugar, utiliza este viaje como excusa para explorar la fragilidad de la memoria y el impacto del trauma en la psique humana. El ritmo es deliberadamente pausado, permitiendo al espectador sumergirse en la introspección de los personajes y en la intensidad del entorno.

Ménochet, como ya demostró en “La Isla Bajo el Mar”, ofrece una actuación contemplativa y silenciosa. Su personaje no se explica; simplemente *es*. Su rostro, marcado por la tristeza y la duda, transmite una profunda sensación de pérdida. Alba Galés, por su parte, aporta una presencia sutil y enigmática, creando un equilibrio interesante con el poeta. La relación entre los dos personajes, lejos de ser romántica, se caracteriza por una profunda incomunicación y un anhelo mutuo, sin embargo no expresado. Se percibe una conexión a través del dolor y la búsqueda de sentido.

El guion, aunque contundente en su simbolismo, presenta algunas fallas. La trama, centrada en la investigación histórica, parece un elemento secundario, utilizado más para justificar el viaje y la atmósfera. La introducción de Domenico, un personaje apocalíptico, se siente un tanto forzada y, aunque sirve como catalizador, no siempre se integra de forma orgánica en la narrativa. Sin embargo, estas inconsistencias no empañan la poderosa fuerza emocional de la película. La película se centra en la experiencia subjetiva de los personajes y en la exploración de temas universales, como la soledad, el olvido y la búsqueda de identidad.

En definitiva, “Nostalgia” es una obra de arte visualmente impactante y emocionalmente resonante. Es una película que invita a la reflexión y que deja una profunda impresión en el espectador. No es una película fácil de ver, pero ofrece una experiencia cinematográfica inmersiva y duradera.

Nota: 8/10