Nosutoradamusu No Daiyogen (1974)

“Nosutoradamusu No Daiyogen” (ノストラダムスの大予言), estrenada en Japón en 1978, es una película que, a décadas de distancia, sigue generando un aura de misterio y controversia. El argumento, centrado en la interpretación apocalíptica de las profecías de Nostradamus por parte del profesor Nishiyama, no es particularmente innovador en sí mismo, pero la manera en que la película lo ejecuta, combinada con el contexto social y político de su época, la convierte en una experiencia cinematográfica inquietante y, en mi opinión, profundamente relevante para comprender el temor existencial que permeaba la sociedad japonesa de finales de los 70.

La dirección de Kenji Mishima es crucial para el impacto de la película. Mishima no se limita a narrar un relato de fin del mundo; construye una atmósfera de creciente desesperación y paranoia. La utilización de la luz y la sombra es magistral, amplificando la sensación de deterioro y decadencia que describe la película. Los planos largos y las tomas panorámicas que muestran el paisaje devastado son particularmente efectivos, transmitiendo la magnitud de la catástrofe ambiental. Mishima, conocido por su trabajo en la cinematografía de horror psicológico, logra crear un ambiente de angustia constante, donde la belleza del paisaje se ve contaminada por la inminente destrucción.

La actuación de Hiroshi Miyaguchi como el profesor Nishiyama es sólida, pero no deslumbrante. Captura la desesperación y la frustración del personaje, quien se enfrenta a la incredulidad generalizada y a la inevitable llegada del apocalipsis. El resto del elenco secundario ofrece interpretaciones adecuadas, aunque a menudo se limitan a reforzar el drama y el sentimiento de caos. Sin embargo, lo que realmente resalta en la película son los efectos visuales, que, a pesar de ser de la época, cumplen su función para representar la realidad distópica que Mishima propone. La manipulación de la Tierra, las nubes radiactivas y los animales mutados son imágenes poderosas que se graban en la mente del espectador.

El guion, escrito por Mishima, es el elemento más controvertido de la película. La idea de que la humanidad, a través de su ambición y su falta de control, desencadenaría la destrucción de su propio planeta no es nueva, pero la forma en que Mishima la presenta, con una mezcla de elementos de ciencia ficción, misticismo y crítica social, es singular. La decisión de incluir el video original sin cortes, retirado de circulación y hasta ahora inalcanzable, sugiere que Mishima tenía en mente una mayor ambición para la película. La controversia que rodeó a "Nosutoradamusu No Daiyogen" en Japón, unificando a los críticos y a la audiencia, no fue casualidad; la película planteaba cuestiones incómodas sobre la responsabilidad humana y el futuro de la civilización. La película es una advertencia velada, un llamado a la reflexión que resuena con fuerza, especialmente en un contexto actual donde la crisis climática es una realidad innegable. Es un trabajo que, más allá de su valor cinematográfico, sigue siendo inquietantemente premonitorio.

Nota: 7/10