Nunca más (2002)

“Nunca más” (Nevermore, en su título original) es una película que, a primera vista, podría parecer un melodrama familiar convencional. Sin embargo, bajo la superficie de una vida aparentemente idílica, se esconde una profundidad inquietante y un horror psicológico que se va revelando gradualmente, convirtiéndose en una experiencia cinematográfica perturbadora y memorable. La dirección de Mary Harjo es magistral: consigue mantener una tensión constante, una sensación palpable de que algo terrible está a punto de suceder, sin recurrir a sustos fáciles. Harjo, conocida por su trabajo en televisión como creadora de ‘Alias’ y ‘Mad Men’, imprime en el film una sensibilidad particular, combinando elementos de drama doméstico con un toque de humor negro que, paradójicamente, intensifica el horror.

La película se centra en Slim Dubois, interpretada con una fuerza y vulnerabilidad asombrosas por Tessa Thompson. Thompson no se limita a interpretar a una mujer atrapada en un matrimonio infeliz; dota a Slim de una complejidad psicológica que la hace increíblemente humana y, a la vez, terriblemente problemática. Su interpretación es sutilmente asombrosa, transmitiendo la frustración, el resentimiento y la desesperación de una mujer que se siente invisible y desatendida. Michael Fassbender también ofrece una actuación excepcional como Mitch, el esposo de Slim. Su personaje es un enigma, un hombre atractivo y exitoso que, sin embargo, parece incapaz de conectar emocionalmente con su esposa. Fassbender evita los clichés del hombre rico y distante; en cambio, explora la profunda vacuidad de su interior, la falta de empatía que lo convierte en un peligro para Slim y su hija. La química entre Thompson y Fassbender es fundamental, porque la película se basa, en gran medida, en la dinámica de su relación disfuncional.

El guion, adaptado de la novela homónima de Sheila Heti, se adentra en la mente de Slim y en su creciente paranoia. La película no se centra en la violencia explícita, sino en la representación de la manipulación psicológica y la desintegración de la familia. Las escenas son largas y pausadas, permitiendo que la tensión se acumule hasta alcanzar un punto crítico. La cinematografía, con una paleta de colores apagados y una iluminación natural, contribuye a la atmósfera de inquietud y desasosiego. La banda sonora, minimalista y evocadora, acompaña sin interrumpir la narrativa, amplificando la sensación de que algo está mal. Un aspecto particularmente interesante es la forma en que la película explora el tema del trauma intergeneracional, sugiriendo que los patrones de comportamiento destructivos pueden transmitirse de padres a hijos.

“Nunca más” no es una película fácil de ver; es un film perturbador que invita a la reflexión y que deja una huella duradera. La película, a pesar de su temática oscura, ofrece momentos de belleza y de humor negro, y destaca por la calidad de las interpretaciones, la dirección y el guion. Es una obra que desafía las expectativas del espectador y que lo confronta con la fragilidad de la condición humana. Es un ejemplo de cómo el terror psicológico puede ser mucho más efectivo que los sustos convencionales.

Nota: 8/10