Nymphomaniac. Volumen 1 (2013)

Lucrecia, la protagonista de ‘Nymphomaniac. Volumen 1’, no es un personaje fácil de amar o de comprender. Lars von Trier, como siempre, no ofrece una historia cómoda o pulida, sino una exploración visceral y perturbadora de la sexualidad femenina, la obsesión y el aislamiento. El primer volumen de esta ambiciosa trilogía se presenta como un interrogatorio, una confesión desordenada y cruda que la propia Lucrecia realiza a Thomas, el solterón que la rescata de un callejón. Esta estructura, aunque pueda resultar desconcertante inicialmente, es precisamente la que otorga a la película su particular fuerza y complejidad.

La dirección de von Trier es magistral, como de costumbre, aunque en esta ocasión se aleja ligeramente de sus habituales grandiosidad y simbolismo. La película es densa, lenta, casi claustrofóbica, y se centra en la atmósfera, en la sensación de opresión que experimenta Lucrecia. El invierno danés, la luz fría y la música inquietante contribuyen a crear una atmósfera de melancolía y desasosiego. Von Trier juega con la incomodidad del espectador, obligándolo a confrontar la naturaleza depravada de la protagonista y a cuestionar sus propios prejuicios. La fotografía de Jonas Larsson es exquisita, utilizando la luz y la sombra para resaltar el carácter introspectivo y atormentado de Lucrecia.

Las actuaciones son excepcionales. Stellan Skarsgård ofrece una actuación sorprendentemente sutil y conmovedora como Thomas, un hombre aparentemente corriente que se ve arrastrado al mundo turbio de Lucrecia. Charlotte Gainsbourg, en el papel principal, es inolvidable. Su interpretación de Lucrecia es audaz y honesta, transmitiendo tanto la vulnerabilidad como la fuerza de una mujer que ha abrazado su propia naturaleza depravada. La película no juzga a Lucrecia; simplemente la observa y documenta su vida, sin emitir ningún juicio moral. La película se centra en el “por qué” de su comportamiento, en la búsqueda de placer como una forma de supervivencia.

El guion, adaptado de un manuscrito de Kirsten Lüdinghausen, es un desafío narrativo. La estructura fragmentada, los saltos temporales y la falta de una línea argumental clara pueden resultar frustrantes para algunos espectadores. Sin embargo, la película compensa estas carencias con su honestidad brutal y su exploración profunda de la psique humana. ‘Nymphomaniac. Volumen 1’ no es una película para todos, y requiere una actitud abierta y preparada por parte del espectador. Es una película que te incomoda, te perturba y, en última instancia, te obliga a reflexionar sobre la naturaleza del deseo, la sexualidad y la búsqueda de la identidad.

Nota: 8/10