O' Horten (2007)

“O’ Horten” es una sorpresa agradable, una película que, a primera vista, podría parecer una comedia ligera de vaudeville, pero que en realidad es una meditación profunda sobre la búsqueda de la trascendencia en la madurez. Dirigida con delicadeza por Erik Solheim, la película se centra en la vida de Odd Horton, interpretado magistralmente por Baard Owe, un hombre cuyo rostro refleja décadas de rutina y una quietud que, sin embargo, esconde una inesperada profundidad. La película no intenta impresionar con efectos especiales grandilocuentes, sino que construye su impacto a través de la sutileza del personaje y la atmósfera que Solheim consigue crear.

Owe, en el papel de Odd, ofrece una interpretación honesta y conmovedora. Su actuación no es grandiosa, sino que reside en la sutil forma en que transmite la creciente curiosidad y el deseo de Odd de romper con su pasado. El director le da a Odd un aire de vulnerabilidad que invita a la empatía, y observamos su transformación gradual con una mezcla de torpeza y encanto. La película no rehúye de la banalidad de la vida cotidiana, pero le otorga a la rutina de Odd un nuevo significado gracias a las extrañas y fortuitas circunstancias que lo llevan a participar en el caos de Oslo. La química entre Owe y Ghita Nørby, quien interpreta a una joven que juega un papel crucial en el cambio de Odd, es palpable y añade una capa de ternura a la historia.

El guion, adaptado de una obra de teatro, es inteligente y evita caer en clichés. La película se centra en momentos de improvisación, creando situaciones cómicas y dramáticas a partes iguales. La trama no es lineal ni compleja, lo que contribuye a su atmósfera relajada, pero la película consigue explorar temas como el arrepentimiento, el legado familiar y la búsqueda de la felicidad de una manera sutil y memorable. El encuentro con el anciano, la intervención en el arresto y, sobre todo, la aventura final con el coche conducido con los ojos vendados, son momentos que se quedan grabados en la memoria, no por su espectacularidad, sino por su autenticidad.

La banda sonora, minimalista y evocadora, complementa a la perfección las imágenes, acentuando la atmósfera melancólica pero esperanzadora de la película. "O’ Horten” no ofrece respuestas fáciles o soluciones grandiosas. Simplemente, invita al espectador a reflexionar sobre el valor de la vida, la importancia de abrirse a lo desconocido y la posibilidad de encontrar la felicidad en los lugares más inesperados. Es una película que te deja con una sensación de optimismo, recordándote que nunca es demasiado tarde para empezar de nuevo. Se trata de una pequeña joya cinematográfica, una historia que se queda contigo mucho después de que terminan los créditos.

Nota: 8/10