O Jantar (2020)

“O Jantar”, la nueva película de Pietro Costa, es mucho más que un thriller rural; es una disección paciente y aterradora de la fe, la lealtad y la desconfianza en un microcosmos cerrado. Costa, conocido por su enfoque minimalista y atmosférico, regresa con una obra que, aunque lenta por momentos, recompensa al espectador con una inmersión total en la psique de sus personajes y la opresiva atmósfera de la comunidad religiosa. La película se erige como un estudio profundo de la dinámica de poder dentro de una secta, utilizando el misterio de la desaparición de un miembro para amplificar las tensiones latentes.

La dirección de Costa es magistral en su capacidad para evadir el recurso al melodrama tradicional. No hay persecuciones explosivas ni revelaciones repentinas. La tensión se construye orgánicamente, a través de miradas fugaces, gestos incómodos y silencios prolongados. El uso del sonido, o más bien la falta de él en ocasiones, intensifica la sensación de aislamiento y paranoia. La cámara, a menudo fija y observadora, no juzga; simplemente documenta la gradual erosión de la confianza. Costa logra transmitir con precisión el peso del pasado, los secretos no dichos y la constante amenaza de la hipocresía que permea todos los niveles de la comunidad.

Las actuaciones son sobresalientes. Enzo Facci, como el carismático pero también inquietante líder Giovanni Nervo, ofrece una interpretación densa y convincente. Transmite una mezcla de autoridad, vulnerabilidad y un profundo temor a perder el control. El resto del elenco – Gianluca Marciano, Salvatore Ingoglia y Marco Tumminelli – igualmente brilla, delineando personajes complejos y ambiguos. Cada uno lucha con sus propias dudas y demonios internos, contribuyendo a la sensación general de un lugar donde la verdad se ha desvanecido bajo el peso de la creencia y la tradición.

El guion, co-escrito por Costa y Leonardo Donato, es elegante en su simplicidad. Evita la necesidad de explicaciones exhaustivas, dejando que la historia se revele gradualmente a través de las interacciones entre los personajes. La trama no depende de giros argumentales espectaculares; su fuerza radica en la exploración psicológica de las motivaciones de cada individuo. La película plantea preguntas incómodas sobre la naturaleza de la fe, la responsabilidad individual y el poder de la manipulación. Es una obra que obliga al espectador a reflexionar sobre los límites de la moralidad y la oscuridad que puede albergar incluso las comunidades más aparentemente unidas.

En definitiva, "O Jantar" es una experiencia cinematográfica intensa y perturbadora, que se ancla en la atmósfera opresiva de un lugar donde las certezas se desvanecen y la desconfianza es la moneda de cambio. No es una película fácil de ver, pero su profundidad y su capacidad para generar una conexión emocional con sus personajes la convierten en una obra imprescindible.

Nota: 8/10