Objetivo: La Casa Blanca (2013)

“Objetivo: La Casa Blanca” (2016) es, en esencia, una bomba de acción meticulosamente coreografiada que intenta replicar la adrenalina de “Sicario” pero con la innegable estética del cine de acción hollywoodiense. La premisa, un agente del Servicio Secreto que debe salvar al presidente tras un ataque terrorista, es algo reciclada, pero la película logra generar una tensión constante que se mantiene hasta los últimos minutos. El director, Edward Zwick, demuestra una habilidad notable para construir escenas de acción espectaculares y caóticas, empleando un ritmo frenético y un montaje eficaz para mantener al espectador al borde de su asiento. Sin embargo, a pesar de la puesta en escena pulida, la película a menudo sacrifica la profundidad narrativa por la velocidad del desarrollo de la trama.

Jason Statham, como Mike Banning, ofrece una actuación carismática y física. Su personaje está claramente basado en la figura del héroe improbable, y Statham lo interpreta con una intensidad que funciona a su favor, aunque a veces la actuación parece un poco estereotipada. La química entre Statham y Angela Bassett, quien interpreta a la Sra. Parsons, una trabajadora del Servicio Secreto con una conexión personal con Banning, es un punto fuerte de la película. Bassett aporta un matiz de humanidad y drama a la historia, elevando el nivel de las escenas que comparten y ofreciendo un contrapunto emocional a la acción desenfrenada.

El guion, escrito por Robert Markowitz, Alejandro Dinelaris Jr. y Michael Bishop, es donde la película realmente se queda corta. Si bien las escenas de acción son impresionantes visualmente, la historia se siente superficial y llena de clichés del género. Los personajes secundarios son, en su mayoría, unidimensionales y se utilizan principalmente como obstáculos o sacrificios para el protagonista. El villano, un grupo terrorista liderado por un personaje ambiguo, carece de profundidad y motivación convincente. Las motivaciones de los terroristas son descabelladas, y la resolución del conflicto se siente apresurada y poco satisfactoria. El guion también recurre a algunas trampas narrativas evidentes y a situaciones inverosímiles que, a pesar del intento de Zwick por justificarlas a través de la acción, son difíciles de aceptar.

A pesar de sus deficiencias narrativas, “Objetivo: La Casa Blanca” cumple su función principal: ofrecer un espectáculo de acción vibrante y entretenido. Es un film que se disfruta mejor desligado del análisis crítico, dejándose llevar por la adrenalina y la escala de la amenaza. La película se beneficia de un presupuesto considerable, efectos especiales bien ejecutados y una producción visualmente atractiva. Sin embargo, a diferencia de películas de acción de mayor calibre, “Objetivo: La Casa Blanca” no logra dejar una impresión duradera. Se trata de una película olvidable que, aunque divertida en su momento, no ofrece nada de nuevo o particularmente relevante al género.

Nota: 6/10