Ocupación: Proyecto Lluvia (2020)

“Ocupación: Proyecto Lluvia” es, sin duda, una película que busca asaltar los sentidos, y en gran medida lo logra. La producción, visualmente, es sorprendentemente rica y ambiciosa, especialmente considerando el presupuesto, y construye un futuro post-apocalíptico en Sydney que resulta inquietantemente creíble. La dirección de Tristan Charles demuestra un control considerable del ritmo, alternando entre escenas de acción frenéticas y momentos de tensión más contemplativos, lo que ayuda a mantener el interés del espectador. No obstante, a pesar de la calidad visual y el ritmo, la película lucha por trascender un guion que, en su núcleo, se siente familiar y, en algunos aspectos, previsible.

La trama, centrada en una resistencia australiana enfrentando una invasión alienígena, no ofrece excesivas sorpresas. La premisa, aunque viable, carece de la originalidad que podría haber elevado la película a un nivel superior. La exploración de las consecuencias psicológicas de la invasión en los supervivientes es interesante, y se observa en algunos personajes secundarios, pero en general, la narrativa se mantiene en un terreno familiar de "guerra contra extraterrestres" con elementos de "ciencia ficción dura". A pesar de esta cualidad, se aprecia la intención de explorar la lucha por la supervivencia y la moralidad en un contexto extremo, pero no llega a profundizar lo suficiente en sus dilemas éticos.

El elenco, encabezado por una notable Alicia Vikander, ofrece actuaciones sólidas. Vikander personifica a una líder carismática y decidida, con una presencia que domina cada escena. Su capacidad para transmitir tanto la determinación como la vulnerabilidad de su personaje es encomiable. El resto del reparto contribuye con interpretaciones convincentes, especialmente en los personajes que representan los aliados inesperados de la resistencia. Sin embargo, algunos de los villanos alienígenas resultan un tanto unidimensionales, lo que disminuye el impacto de algunos de los momentos más dramáticos. El diseño de los alienígenas, por su parte, es consistente y efectivo, logrando transmitir una sensación de amenaza palpable.

El apartado técnico es, indudablemente, uno de los puntos fuertes de la película. La fotografía, realizada por David Gill, es impecable, empleando una paleta de colores desaturados y una iluminación contrastada para reforzar el ambiente opresivo de la invasión. Los efectos especiales, particularmente en las escenas de combate y la representación de los alienígenas, son de alta calidad y se integran de forma natural en la narrativa. La banda sonora, compuesta por Ben Bridger, complementa perfectamente la atmósfera de la película, con melodías evocadoras y ritmos pulsantes que intensifican la tensión y el drama. En definitiva, "Ocupación: Proyecto Lluvia" es un espectáculo visualmente estimulante que, a pesar de su guion convencional, logra ofrecer un entretenimiento sólido y satisfactorio, sobre todo para los aficionados al género de ciencia ficción bélica. No es una obra maestra, pero sí un producto cinematográfico digno de ser visto.

Nota: 7/10