“Oddity” es, sin duda, una película que se aferra a la atmósfera de inquietud y misterio, pero que, a la hora de analizarla en profundidad, revela una fragilidad estructural que dificulta su completa inmersión. Dirigida por el veterano Barry Levinson, la película se presenta como una peculiar historia de detectives, pero con un punto de partida tan idiosincrásico que puede resultar desconcertante para algunos espectadores. La premisa, la relación entre una médium ciega y un maniquí de madera que parece tener una conexión con el pasado, es original y promete un thriller psicológico intenso. Sin embargo, el guion, a pesar de sus momentos brillantes, tropieza en su ejecución, intentando demasiado a menudo abarcar demasiados elementos y, en ocasiones, desconectándose de la tensión que buscaba generar.
La protagonista, interpretada con una sutil pero palpable melancolía por Helena Bonham Carter, ofrece una actuación que es, en gran medida, el corazón de la película. Bonham Carter logra transmitir la vulnerabilidad y el dolor de Darcy, una mujer atormentada por su pérdida y sumida en una profunda soledad. Su interpretación es convincente y, a menudo, la única razón para seguir enganchado a la trama. El resto del elenco, incluyendo a Richard Jenkins como el sargento del condado, ofrece interpretaciones sólidas, pero no alcanzan la misma profundidad emocional que la de Bonham Carter.
Levinson, conocido por su maestría en el uso de la ambientación, construye hábilmente el mundo de “Oddity”, empleando un decorado claustrofóbico y un diseño de producción impecable que refuerzan la sensación de aislamiento y decadencia. La casa de Darcy, un gabinete de curiosidades repleto de objetos extraños y olvidados, se convierte en un personaje por sí mismo, un reflejo de la mente torturada de su dueña. La fotografía, con una paleta de colores apagados y una iluminación sombría, contribuye significativamente a la atmósfera opresiva de la película.
A pesar de sus fortalezas estéticas y la sólida actuación de Bonham Carter, “Oddity” sufre de un guion irregular. Las pistas se presentan de manera fragmentada y, a veces, contradictoria, lo que dificulta la capacidad del espectador para seguir la lógica de la trama. La resolución, aunque no completamente inesperada, carece del impacto dramático que se podría haber esperado. Además, el ritmo es torpe, con largos pasajes dedicados a la descripción de los objetos del gabinete de curiosidades que, aunque visualmente interesantes, no avanzan la historia de forma significativa. La película se pierde en el deseo de crear una atmósfera intrigante y visualmente estimulante, a expensas de una narrativa cohesionada y un desarrollo de personajes más profundo. La tensión psicológica que se promete se diluye en un exceso de detalles y un final algo confuso.
A pesar de sus fallos, “Oddity” es una película que merece la pena ver por su atmósfera única y la actuación de Helena Bonham Carter. Sin embargo, es importante entrar en ella con expectativas moderadas y estar preparado para un thriller de misterio que se centra más en la creación de un ambiente inquietante que en la construcción de una historia compleja y satisfactoria.
Nota: 6/10