Oh, Jerusalén (2006)

(FR) · Drama, Historia · 1h 40m

Póster de Oh, Jerusalén
Media
6.0 /10

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Dónde ver Oh, Jerusalén

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Sinopsis

Adaptación de la novela "Oh, Jerusalén", de Dominique Lapierre (autor de "La ciudad de la alegría) y Larry Collins. "Oh, Jerusalén" recrea la historia de la creación del Estado de Israel, en 1948, a través de dos amigos, uno árabe y el otro judío. Contada desde diferentes puntos de vista, en el filme se mezclan valor, violencia, política y un fuerte sentido de la moralidad. Su historia les lleva desde las calles de Nueva York a la Tierra Prometida, donde arriesgan sus vidas luchando por lo que creen.

Ficha de la película

Título original

Oh, Jerusalén


Estreno


Géneros

Idioma original

FR



Guionista

Élie Chouraqui, Mark Damon, André Djaoui, Jean Frydman, Jeff Geoffray, Andreas Grosch, Nagib Kerbouche, Jean-Charles Levy, Colin McKeown, Despina Mouzaki, Haris Padouvas


Reparto principal de Oh, Jerusalén

Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Oh, Jerusalén.

Tráiler Oficial

Ver tráiler oficial de Oh, Jerusalén

Críticas de la película

Opiniones reales de usuarios que han visto Oh, Jerusalén. Consulta sus valoraciones y comentarios.

David Campos
⭐⭐⭐⭐⭐⭐ (6.0/10)

“Oh, Jerusalén” es un filme que, a pesar de sus ambiciones, no logra alcanzar la grandilocuencia que sus premisas sugieren. Adaptación de la novela homónima de Dominique Lapierre y Larry Collins, la película se sumerge en la turbulenta creación del Estado de Israel en 1948, contando la historia a través de la amistad improbable entre Khalil, un árabe palestino, y David, un judío. Esta combinación de perspectivas, teóricamente rica en contraste y profundidad, se ve a menudo frustrada por una dirección que, aunque visualmente atractiva, carece de la complejidad necesaria para abarcar la magnitud histórica y emocional que aborda.

La película, dirigida por Neil Jordan, apuesta por una estética cinematográfica cuidada, con escenas impactantes que evocan la tensión y la violencia de la época. La fotografía, en general, es excelente, utilizando colores y planos para transmitir el ambiente caótico y las emociones predominantes. Sin embargo, esta apuesta por la belleza visual, en ocasiones, eclipsa la necesidad de un desarrollo dramático más profundo. Se percibe una búsqueda constante de la imagen impactante, pero a costa de un ritmo pausado que, para algunos espectadores, puede resultar tedioso. Es evidente que el equipo técnico ha puesto mucho esfuerzo en la presentación, pero la dirección artística no siempre se traduce en una narrativa convincente.

Las actuaciones son un punto fuerte del filme. Alex Hawley y Enzo Zenga, como Khalil y David, logran transmitir la lucha interna de sus personajes, la ambición, el miedo y la esperanza. Su interpretación es creíble y honesta, y la química entre ellos es palpable. También destaca la presencia de Geoffrey Rush como el ambicioso periodista estadounidense, quien, aunque su personaje está menos desarrollado que los protagonistas principales, añade una capa de complejidad al relato, mostrando los intereses geopolíticos que rodean la creación del Estado de Israel. El resto del reparto, en general, cumple su función, pero sin destacar de manera excepcional.

En cuanto al guion, es donde “Oh, Jerusalén” sufre con mayor intensidad. Si bien la novela de Lapierre y Collins es rica en detalles y personajes complejos, la adaptación cinematográfica simplifica algunas tramas y diluye la complejidad moral de la historia. La película tiende a caer en simplismos y a presentar un retrato bastante unidimensional de los conflictos interreligiosos y las motivaciones de los diferentes actores involucrados. Se intenta explorar la dualidad entre el heroísmo y la crueldad, la justificación de la violencia en nombre de una causa, pero el resultado es, en última instancia, algo superficial. La película se centra demasiado en el romance entre los protagonistas, relegando a un segundo plano la crítica social y política que se podría haber desarrollado plenamente. A pesar de los esfuerzos por mostrar las diferentes caras del conflicto, la visión final es, en gran medida, la de un relato sentimental con elementos históricos.

Nota: 6/10

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