Om Shanti Om (2007)

“Om Shanti Om” no es simplemente una película de Bollywood; es una explosión de color, nostalgia y una meditación sobre el amor, la pérdida y la recurrencia del karma. El director Sanjay Leela Bhansali despliega una opulentura visual que te sumerge de inmediato en la vibrante India de los años 70, con una atención meticulosa al detalle que va desde el vestuario hasta los elaborados decorados. La película es un festín para los sentidos, un homenaje a las películas de Bollywood clásicas y a la propia exuberancia de la industria. La dirección de Bhansali es, sin duda, un punto fuerte; domina magistralmente el melodrama y el drama, tejiendo una narrativa compleja con una fluidez sorprendente.

La película se basa en un concepto intrincado: un triángulo amoroso que se extiende a través de múltiples vidas. La premisa, aunque arriesgada, se ejecuta con una gracia asombrosa. La historia de Om Kapoor (Shah Rukh Khan) y Shanti (Deepika Padukone) es, en esencia, la misma, pero la película se aventura en el uso del *reincarnation* no como un simple recurso narrativo, sino como un vehículo para explorar temas universales como la redención, el destino y la búsqueda de la felicidad. La estructura no siempre es la más sencilla, y a veces el ritmo se ralentiza por la extensión de las secuencias de baile, pero el resultado final es cautivador. Khan, como siempre, ofrece una interpretación carismática y emotiva, equilibrando el romanticismo con el drama interno de un hombre que busca justicia y el retorno de su amor perdido.

Sin embargo, la verdadera joya de "Om Shanti Om" reside en su secuela de baile. La "Song and Dance Sequence" que abre la película es monumental. Reúne a 31 de los rostros más emblemáticos de Bollywood en un número coreográfico épico y visualmente impresionante. Más allá de ser un simple despliegue de habilidad, la coreografía, bajo la dirección de Dilip Joshi, es una celebración de la música y la danza, una forma de vida misma para el cine de Bollywood. Es una secuencia que se merece el reconocimiento de la UNESCO y que demuestra la capacidad de la película para combinar arte, espectáculo y tradición.

A pesar de su grandilocuencia, la película no carece de momentos de sutileza. Las actuaciones secundarias, especialmente las de Irrfan Khan y Boman Irani, añaden profundidad al drama, y la película explora temas como la corrupción y la ambición de manera efectiva. La banda sonora, compuesta por Pritam, es igualmente impactante, con canciones memorables que complementan a la perfección la acción en pantalla. No obstante, el guion, si bien ambicioso, a veces se pierde en sus propias complicaciones, y algunos diálogos se sienten forzados. La película intenta abordar demasiados temas a la vez, y a veces se diluye en el proceso.

Nota: 7.5/10