On a failli être amies (2014)

“On a failli être amies” es una película que se aferra a la idea de que la vida, incluso la más aparentemente estructurada, puede dar un giro inesperado, y lo hace con una mezcla singular de humor negro y melancolía. La dirección de Audrey Tautou es precisa y consigue mantener un equilibrio delicado entre lo cómico y lo dramático, evitando caer en la melodrama excesiva y, a la vez, evitando la simple comedia sin sustancia. Tautou, que también se desempeña como productora, demuestra una habilidad notable para captar las pequeñas imperfecciones de sus personajes, creando figuras complejas y entrañables a pesar de sus defectos.

El núcleo de la película reside en las interpretaciones de Karin Viard y Emmanuelle Devos, quienes dan vida a dos mujeres atrapadas en una espiral de insatisfacción. Viard, como la esposa de un chef famoso, personifica la frustración silenciosa y la sensación de estar atrapada en un papel que ya no le satisface. Su actuación es particularmente sutil, comunicando un abismo emocional que se revela lentamente. Devos, por su parte, aporta un toque de ironía y vulnerabilidad a su personaje de asesora de carrera. La química entre ambas actrices es, sin duda, la mejor carta en la mano de la película. Sus conversaciones, repletas de observaciones agudas y un humor mordaz, son el corazón de la narrativa. La película no rehúye de la crudeza de las interacciones humanas; a veces, la amabilidad es superficial y la sinceridad, una rareza.

El guion, aunque a veces resulta un poco disperso en su ritmo, ofrece un retrato honesto y sin concesiones de la vida moderna, donde las expectativas sociales y las presiones profesionales pueden desdibujar la verdadera felicidad. La película se sumerge en la banalidad de la vida cotidiana, exponiendo las pequeñas mentiras, las frustraciones y las dudas que subyacen a las apariencias. La inclusión de Roschdy Zem y Philippe Rebbot añade un elemento de misterio a la trama, aunque sus roles no estén completamente desarrollados, lo que podría haber sido una oportunidad perdida para profundizar en las motivaciones de sus personajes. Sin embargo, la película se centra con éxito en la evolución de las relaciones entre Viard y Devos, explorando la conexión inestable pero inevitable que surge de la empatía compartida.

La película no ofrece soluciones fáciles o conclusiones definitivas. En lugar de eso, nos presenta una reflexión sobre la naturaleza de la amistad, la búsqueda de la identidad y la aceptación de las imperfecciones propias y ajenas. Es una película que permanece en la mente mucho después de que los créditos finales han terminado de rodar, invitándonos a considerar las conexiones inesperadas que pueden surgir en nuestras vidas.

Nota: 7/10