One Minnesota (2020)

“One Minnesota” no es un thriller de terror convencional, sino un estudio psicológico inquietante que se instala bajo la piel del espectador y no la abandona fácilmente. Dirigida con mano firme por Robert Benson, la película se atreve a ofrecer una experiencia cinematográfica densa y perturbadora, alejándose de los clichés del género y centrando su atención en la lenta descomposición de cuatro mujeres que, juntas, se embarcan en una búsqueda de fortuna que rápidamente se convierte en una espiral de paranoia y violencia.

El guion, adaptado de un relato corto, es magistral en su construcción. La historia se desarrolla a un ritmo deliberado, permitiendo que la atmósfera se cargue de tensión de forma gradual. No se apresuran a revelar todos los detalles, lo que obliga al público a participar activamente en la construcción de la narrativa, a formular sus propias teorías y a sentir la creciente sensación de peligro. La película no busca dar respuestas fáciles; en cambio, se adentra en la ambigüedad moral y explora la complejidad de las relaciones humanas bajo circunstancias extremas. Los diálogos son crudos, honestos y reveladores, y la escritura evita la grandilocuencia, optando por una economía de palabras que intensifica el impacto emocional de cada escena.

El elenco cumple un trabajo excepcional. Brittany Benjamin, como Brittany, transmite con convicción la desesperación y la ambición de su personaje, mostrando un arco de evolución aterrador y complejo. Chelsey Grant, Amanda Day y Ali Daniels también ofrecen actuaciones sólidas, creando personajes femeninos multifacéticos, cada una con sus propias motivaciones y secretos. La química entre las actrices es palpable, contribuyendo a la sensación de claustrofobia y desconfianza que impregna la película. No son simplemente amigas atrapadas en una situación peligrosa; son mujeres que se están consumiendo mutuamente.

Visualmente, “One Minnesota” es impactante. La película utiliza los espacios reducidos de un cabaña aislada en el bosque minnesota para generar una sensación de encierro y vulnerabilidad. La cinematografía de Ben Marshall es sombría y atmosférica, empleando una paleta de colores apagados y una iluminación tenue para crear una atmósfera de constante inquietud. La banda sonora, compuesta por Mark Roth, es sutil pero efectiva, utilizando texturas sonoras y melodías disonantes para intensificar la sensación de terror psicológico. Benson evita los sustos fáciles y se enfoca en crear una tensión persistente, haciendo que cada escena, incluso las aparentemente pacíficas, pueda resultar inquietante.

En definitiva, “One Minnesota” es una película que te obliga a reflexionar sobre la naturaleza del mal, la fragilidad de la moralidad y las consecuencias de la ambición desmedida. No es un entretenimiento ligero, sino una experiencia cinematográfica densa, inquietante y memorable. Es un triunfo del suspense psicológico y un testimonio del poder del cine para explorar las profundidades más oscuras de la condición humana.

Nota: 8/10