Operación Cacahuete 2. Misión: Salvar el parque (2017)

“Operación Cacahuete 2. Misión: Salvar el Parque” es una secuela que, en lugar de elevar la apuesta, se permite un ligero tropiezo en la familiaridad. La película, aunque predecible y basada en la fórmula que catapultó a ‘Operación Cacahuete’ al estrellato, logra un equilibrio divertido y ligero que, sin duda, cumplirá con las expectativas de un público infantil y familiar. La historia, sencilla pero con un mensaje sobre la importancia de la preservación del medio ambiente, se centra en la lucha de Surly y Buddy contra el ambicioso alcalde de Oakton City, un hombre que pretende transformar el amado Parque Liberty en un parque de atracciones genérico. Es una batalla entre la modernidad invasiva y la defensa de la nostalgia y el espíritu comunitario, un tema recurrente pero que aquí se presenta de forma accesible y sin complejos.

En cuanto a la dirección, Ben Wheatley, conocido por su estilo visualmente audaz y a veces perturbador, aquí opta por un tono más suave y colorido, priorizando la comedia y la acción. La película se beneficia de una estética vibrante, con escenas de acción coreografiadas de forma inteligente y efectos especiales, en su mayoría, bien integrados en la narrativa. No obstante, la dirección, aunque competente, no aporta la originalidad o la complejidad que podríamos esperar de Wheatley, quien a menudo se destaca por su estilo vanguardista. El ritmo es constante, manteniendo el interés del espectador, aunque a veces sacrifica el desarrollo de personajes secundarios en favor de la acción.

Las actuaciones son sólidas, pero sin grandes sorpresas. Nicolas Cage, como Surly, aporta su característico y a veces sobrecargado estilo, entregando una interpretación carismática aunque, en ocasiones, se siente un tanto forzada. Kodi Smit-McPhee, interpretando a Buddy, es la verdadera joya de la película. Su Buddy es adorable, inteligente y con un gran corazón, transmitiendo sinceridad y una genuina empatía que lo convierte en el personaje más atractivo de la historia. Los secundarios, por su parte, son correctos pero poco profundos, cumpliendo su función sin destacar particularmente.

El guion, por su parte, se apoya en la estructura de la primera película, recurriendo a chistes visuales y situaciones cómicas basadas en el contraste entre la personalidad de Surly y la optimismo de Buddy. Si bien la fórmula funciona, el guion carece de sutilezas y la trama, si bien divertida, es bastante predecible. La resolución del conflicto, aunque satisfactoria, es simplista y no explora las implicaciones morales del dilema planteado. Se podría haber profundizado en la oposición a la demolición del parque, mostrando más variedad de motivaciones y creando obstáculos más complejos para los protagonistas. La película se concentra demasiado en la acción y la persecución, descuidando un mayor desarrollo de los personajes y sus dilemas internos.

En definitiva, "Operación Cacahuete 2. Misión: Salvar el Parque" es una secuela entretenida que ofrece una dosis de comedia y acción familiar. No es una obra maestra cinematográfica, pero cumple su cometido de entretener y proporcionar un momento de diversión para toda la familia. Su valor reside en la química entre Cage y Smit-McPhee y en su mensaje positivo, aunque simplista, sobre la importancia de proteger nuestros espacios verdes.

Nota: 6/10