Operación Swordfish (2001)

“Operación Swordfish” es una película que llega a la taquilla con la promesa de acción y suspenso, y en cierto modo, cumple con ese cometido. Sin embargo, al analizarla con detenimiento, se revela como una pieza de entretenimiento entretenido pero con un guion sorprendentemente superficial y, en general, un ritmo irregular. La película, estrenada en 2010 y que alcanzó el primer puesto en taquilla en Estados Unidos, se basa en una premisa intrigante: un ex-criminal informático, Stanley Jobson (Hugh Jackman), es reclutado por un peligroso terrorista, Gabriel Shear (John Travolta), para descifrar un código que controla una fortuna. La idea, al menos en el papel, tiene potencial para un thriller de alta tensión, pero la ejecución final no alcanza el nivel esperado.

Hugh Jackman ofrece una actuación convincente como Stanley Jobson, un hombre traumatizado por su pasado y que se ve obligado a revivir sus habilidades informáticas para sobrevivir. Su caracterización es sólida, capturando la vulnerabilidad y el conflicto interno de un hombre que lucha por redimirse. John Travolta, por otro lado, interpreta a Gabriel Shear con una elegancia gélida y un toque de locura que le sienta bien. Aunque su personaje es un villano bastante estereotipado, Travolta aporta una dosis de carisma al rol. Sin embargo, el resto del reparto carece de desarrollo y profundidad, convirtiéndose en figuras secundarias que sirven para avanzar la trama sin aportar gran valor.

La dirección de Matthew Le Mare es competente pero, en general, discreta. Se centra en la acción y los elementos visuales, creando secuencias de persecución y explosiones decentes. No obstante, la película no logra transmitir una verdadera sensación de peligro o urgencia. La fotografía es sobria y funcional, sin grandes artificios, y la banda sonora, aunque efectiva en ciertos momentos, no logra elevar la experiencia cinematográfica. Lo más notable es que la película parece rehúsa casi por completo el componente tecnológico, ya que el mundo de la informática se presenta de una manera bastante simplificada y poco realista. La trama, que inicialmente promete complejidad, termina siendo sorprendentemente lineal y predecible. Los giros argumentales son evidentes desde el principio, y el desarrollo de los personajes es plano y sin sorpresas. El guion se apoya demasiado en clichés del género y carece de originalidad. El ritmo también es irregular, con momentos de tensión intermitentes y largos segmentos dedicados a la acción que, a veces, se sienten gratuitos y desvinculados de la historia principal.

En definitiva, “Operación Swordfish” es una película de acción que ofrece entretenimiento a cambio de profundidad. No es una obra maestra, pero cumple con su función de proporcionar un espectáculo visual y unas escenas de acción divertidas. Si buscas una película intensa y reflexiva, quizás te decepcione. Pero, si simplemente quieres pasar un rato entretenido, la película puede ser una opción aceptable, aunque no memorable.

Nota: 6/10