Orgazmo (1998)

“Orgazmo” (1997) no es una película que se pueda simplemente “ver”; es una experiencia que se siente, una inmersión profunda en el surrealismo, el humor negro y la crítica social disfrazada de comedia porno. Dirigida por Larry David (sí, el de *Sein Yasusa*), la película es una provocación, una obra maestra del cine independiente que sigue siendo tan sorprendente hoy como lo fue en su estreno. La película está llena de momentos memorables, desde la secuencia de la fábrica de dulces hasta la divertida batalla de coches en el desierto. David se atreve a explorar la relación entre la fe religiosa, la pornografía y la búsqueda de la satisfacción, elementos que chocan de forma hilarante y desconcertante.

La dirección de Larry David es, sin duda, el corazón de la película. Utiliza una paleta de colores vibrantes y una banda sonora experimental para crear una atmósfera única. David no se limita a mostrar; manipula la cámara, juega con el tiempo y la perspectiva, y crea un sentido de caos controlado que es fundamental para la narrativa. La película se siente como un sueño febril, un montaje rápido de imágenes extrañas y situaciones absurdas. David demuestra un dominio absoluto del ritmo y la composición, empleando técnicas de montaje que a menudo desafían la lógica convencional del cine narrativo. No es una película para todo el mundo, pero para aquellos que aprecian el cine experimental y audaz, “Orgazmo” es una joya.

Las actuaciones son particularmente sólidas. Ted Raimondi brilla como Joe Young, transmitiendo con convicción la mezcla de incredulidad, confusión y eventual aceptación del personaje. Su interpretación es entrañable, y logra que el espectador simpatice con su situación. Pero la película también cuenta con el apoyo de un elenco talentoso que incluye a Robert Patrick y la inolvidable actuación de Linda Blair como la figura enigmática y poderosa de “La Dama”. La química entre Raimondi y Blair es especialmente notable, aportando una dimensión emocional inesperada a la historia. Aunque el género es abiertamente porno, las actuaciones van más allá de la mera exhibición, explorando temas de identidad, fe y la búsqueda de la felicidad.

El guion, coescrito por David y Larry Franklin, es quizás el aspecto más innovador de la película. No se limita a contar una historia; establece una serie de preguntas sobre la naturaleza del deseo, la cultura de consumo y la superficialidad de la sociedad moderna. La película satiriza tanto la fe religiosa como la industria pornográfica, sin tomar partido por ninguna de las dos. El diálogo es a menudo absurdo y provocador, y las situaciones son constantemente inesperadas. La película utiliza el humor negro para abordar temas serios, como la soledad, la alienación y la dificultad de encontrar significado en la vida. Es una película que obliga al espectador a reflexionar sobre sus propias creencias y valores.

En definitiva, “Orgazmo” es una película peculiar, desafiante e innegablemente divertida. No es un espectáculo fácil de digerir, pero su audacia, su creatividad y su capacidad para provocar una reflexión personal la convierten en una experiencia cinematográfica única. Es una película que se queda grabada en la memoria, provocando risas, sonrisas y, quizás, algunas preguntas incómodas.

Nota: 8.5/10