“Orgullo y prejuicio”, la adaptación de 2020 dirigida por Autumn de Wilde, es una versión fresca y vibrante del clásico de Jane Austen, que no solo honra la esencia de la novela, sino que también la revitaliza para una audiencia moderna. La película logra capturar la dinámica familiar particular de las Bennet, no como una simple caricatura de madres obsesionadas con los matrimonios, sino como una representación de las presiones sociales y las expectativas que, a pesar de ser del siglo XIX, aún resuenan con fuerza hoy en día. De Wilde consigue tender un equilibrio delicado entre la fidelidad a la fuente original y la incorporación de elementos visuales y narrativos que la hacen accesible y atractiva.
El guion, adaptado por DC Moore y Teresa Stuart, es, en general, bastante acertado. Aunque la trama se mantiene fiel a la historia central, se profundiza en la psicología de los personajes, especialmente en la de Elizabeth Bennet, interpretada brillantemente por Phoebe Dynevor. Su sarcasmo, inteligencia y obstinación son palpables, y su evolución a lo largo de la película es convincente. La relación entre Elizabeth y Darcy, el corazón de la historia, se construye de forma gradual y realista, evitando los clichés románticos y apostando por un desarrollo del conflicto basado en el orgullo y el prejuicio mutuo. No es un romance instantáneo ni idílico; es el resultado de miradas desafiantes, discusiones apasionadas y una lenta comprensión del verdadero carácter del otro.
La dirección de Autumn de Wilde es notable. La película se beneficia de la belleza del paisaje inglés, con planos amplios que evocan la grandeza de las propiedades rurales. La película no rehúye de la atmósfera opresiva de la vida en la campiña, pero tampoco descuida el dinamismo social que implica la llegada de los Bingley y su círculo. La fotografía, con una paleta de colores rica y cálida, contribuye a crear una atmósfera envolvente y, a la vez, elegante. Particularmente destacable es el uso de la luz natural, que da un toque de intimidad y autenticidad a las escenas domésticas.
Las actuaciones son excepcionales. Además de la interpretación de Dynevor, Nicholas Hoult encarna al Sr. Darcy con una mezcla perfecta de arrogancia, reserva y vulnerabilidad. El resto del elenco, incluyendo a Delphine Lafoey como la sarcástica y reservada Georgiana, y Matthew Bollinger como el entrañable Mr. Bennet, ofrece interpretaciones sólidas y convincentes. La química entre los actores es notable, lo que facilita la inmersión en la historia y el disfrute de cada escena.
Si bien la película no elimina por completo las convenciones románticas del género, ofrece una perspectiva fresca y moderna del romance clásico. "Orgullo y prejuicio" no es simplemente una re-adaptación, sino una reinterpretación que mantiene viva la esencia de la novela de Austen, atrayendo tanto a los fans de la obra original como a una nueva generación de espectadores. El resultado es una película hermosa, inteligente y, sobre todo, muy entretenida.
Nota:** 8/10