Other People (2016)

“Other People” es un drama introspectivo que, en lugar de buscar grandilocuencia o espectaculares giros argumentales, se adentra con cautela en la angustia existencial y el dolor de la pérdida. La película, dirigida por Gus Van Sant, no ofrece respuestas fáciles ni soluciones magistrales; simpre establece un escenario de melancolía y desolación, dejando al espectador con la incómoda sensación de contemplar la fragilidad de la vida y la dificultad inherente a conectar con otros seres humanos.

La historia, centrada en David (Jesse Eisenberg), un escritor de comedia en crisis personal tras una ruptura, es, en su esencia, bastante sencilla. Su madre, aquejada de cáncer, requiere su presencia en Sacramento, un viaje que le obliga a confrontar el pasado, las relaciones rotas y la inevitabilidad de la muerte. Sin embargo, Van Sant eleva la narrativa más allá de lo obvio, no con artificios sino mediante una insistente lentitud y una meticulosa observación de los pequeños detalles. La película se centra en el proceso interno de David, en sus intentos fallidos de conectar con su madre (Diane Keaton, que ofrece una actuación sutil y conmovedora) y en su propia incapacidad para expresar su dolor de forma significativa.

Eisenberg ofrece una interpretación magistral, transmitiendo la desesperación y la soledad de su personaje con una honestidad brutal. No recurre a expresiones exageradas o a un melodrama recargado; su actuación se basa en la sutileza de la mirada, en la tensión muscular y en la voz apagada. Keaton, por su parte, contrasta con la energía juvenil de Eisenberg, aportando una elegancia y una fortaleza interior que complementan la fragilidad del protagonista. La química entre ambos es palpable, aunque se manifiesta principalmente a través de miradas y gestos silenciosos.

La dirección de Van Sant, característica por su estilo contemplativo y su uso de la cámara subjetiva, es fundamental para el éxito de la película. La lentitud deliberada, combinada con una banda sonora minimalista pero evocadora, crea una atmósfera de quietud y introspección. La película no busca asombrar al espectador con efectos especiales o con una trama compleja. En cambio, confía en la fuerza de la empatía y en la capacidad del público para proyectar sus propios sentimientos de pérdida y soledad en el personaje de David.

Sin embargo, la lentitud de la película puede ser, para algunos, un obstáculo. Algunos espectadores podrían encontrar la trama demasiado lenta, la falta de diálogos significativos y la ausencia de una resolución definitiva frustrante. No obstante, considero que esta lentitud es precisamente lo que da a "Other People" su mayor valor: permite al espectador sumergirse en la experiencia emocional del protagonista y reflexionar sobre la naturaleza del dolor y la pérdida. Es una película que no ofrece respuestas, sino que invita a la contemplación y al reconocimiento de la propia vulnerabilidad.

Nota: 7/10