Oye Lucky! Lucky Oye! (2008)

“Oye Lucky! Lucky Oye!” es, en su esencia, una película que desafía las convenciones del thriller criminal moderno. Más que un simple relato de robos y persecuciones, se presenta como una meditación sobre la soledad, la moralidad y las motivaciones humanas que nos empujan a tomar decisiones, a veces, autodestructivas. La película, dirigida con una elegancia sutil por Dibakar Banerjee, no se basa en el espectáculo visual o en la acción frenética. Prefiere un ritmo pausado, un observacionalismo que te obliga a conectar con el personaje central, Lovinder Singh, interpretado magistralmente por Abhay Deol.

Deol, en un papel que se beneficia enormemente de su habilidad para la introspección y la transformación de personaje, ofrece una actuación que supera las expectativas. No solo se limita a imitar las manías de un ladrón, sino que, a través de miradas y gestos, transmite la creciente angustia de un hombre que, atrapado en su propia red, intenta, sin éxito, dar sentido a su vida. Su viaje, documentado a través de flashbacks y reflexiones internas, es el corazón palpitante de la película. La interpretación de Paresh Rawal como el viejo sirviente, Babu Rao, es igualmente conmovedora, aportando un contrapunto cómico y una profundidad emocional inesperada a la trama.

Banerjee construye un guion inteligente y lleno de matices. La película no ofrece respuestas fáciles. La trama, que comienza como un relato de robos, evoluciona hacia un análisis profundo de las circunstancias sociales y económicas que llevaron a Lovinder a una vida criminal. El uso de la nostalgia y los recuerdos de la India de los años 80, con su vibrante cultura pop y su inminente transición, añade una capa de complejidad adicional. Las secuencias de flashback son especialmente bien ejecutadas, no solo por su estética, sino porque sirven para revelar las heridas emocionales y los traumas que marcan la vida de Lovinder. La película no juzga al personaje, sino que lo presenta como una víctima de su propio pasado y de un sistema que lo ha marginado.

La cinematografía de Oscar Isaac es notable, con una paleta de colores que oscila entre lo vibrante y lo desaturado, creando una atmósfera que complementa a la perfección la narrativa. La banda sonora, con canciones de Bollywood que se entrelazan con la historia, es tanto nostálgica como inquietante. “Oye Lucky! Lucky Oye!” es una película que permanece en la mente mucho después de que los créditos finales hayan terminado de rodar, un recordatorio de que la justicia, la moralidad y la búsqueda de la identidad son conceptos complejos y multifacéticos. Una película que merecía más reconocimiento.

Nota: 8/10