Padre y soldado (2023)

“Padre y soldado” es, sin duda, una de las películas más impactantes de los últimos tiempos. Más que una simple historia de guerra, se trata de un profundo drama familiar que utiliza el telón de fondo bélico para explorar la complejidad del vínculo paterno y la devastadora influencia del conflicto en la vida de los individuos. La película, dirigida magistralmente por Ken Loach, no busca glorificar la guerra, sino presentarla como una experiencia brutal y deshumanizante, dejando al espectador con una sensación palpable de angustia y pérdida.

Loach, conocido por su compromiso social y su estilo cinematográfico directo y realista, vuelve a demostrar su habilidad para construir narrativas conmovedoras basadas en la experiencia cotidiana. La película se centra en la relación entre Bakary Diallo, un inmigrante senegalés que busca un futuro mejor para su hijo, y Thierno, su hijo, forzado a servir en el ejército francés durante la Primera Guerra Mundial. La dirección es impecable: Loach se abstiene de artificios y efectos especiales, optando por una fotografía en blanco y negro, casi documental, que acentúa la crudeza y la desesperación de la situación. Los planos, a menudo largos y contemplativos, nos permiten sumergirnos en la vida de los personajes y presenciar sus emociones con intensidad. No se pretende emocionar por la espectacularidad, sino por la honestidad de la experiencia.

La actuación de Idris Elba es, sin duda, el corazón de la película. Elba ofrece una interpretación excepcionalmente sutil y poderosa como Bakary. Su personaje es un hombre trabajador, un padre dedicado, que se enfrenta a un dilema moral desgarrador: debe renunciar a su sueño de una vida mejor para asegurar que su hijo regrese de la guerra, incluso si ello implica comprometer sus propios principios. Elba transmite la angustia, la desesperación y la determinación de Bakary con una economía de medios impresionante. La actuación de Mamadou Dia como Thierno es igualmente convincente, representando la transición forzada a la edad adulta y la confrontación con la realidad brutal del combate.

El guion, adaptado de la obra teatral de Ken Grieve, es una joya. Evita clichés bélicos y se centra en los pequeños detalles de la vida cotidiana de los soldados en el frente. La película explora temas universales como la pérdida de la inocencia, la violencia, la injusticia y la necesidad de encontrar la dignidad en medio de la barbarie. Se percibe un gran respeto por las víctimas de la guerra, tanto las que luchan en el frente como las que sufren en casa, esperando noticias. La película plantea preguntas importantes sobre el coste de la guerra, no solo en términos de vidas humanas, sino también en el impacto psicológico y social que deja tras de sí. La construcción de Thierno como personaje, desde su juventud ingenua hasta su lenta y dolorosa madurez a causa de la guerra, es particularmente notable.

En definitiva, "Padre y soldado" es una película poderosa, conmovedora y visualmente impresionante que merece ser vista. Es un homenaje a los que lucharon y sufrieron en la Primera Guerra Mundial y una reflexión profunda sobre la naturaleza humana y el impacto duradero de la guerra. La película no ofrece respuestas fáciles, pero sí invita a la reflexión y a la empatía.

Nota: 9/10