Padres por desigual (2015)

“Padres por desigual” es un drama familiar que, a pesar de contar con una premisa atractiva y elementos de tensión familiar, no logra despegar completamente. La película, dirigida por Marc Meyers, explora con cierta crudeza las complicaciones de la paternidad sustitutiva, el duelo por la pérdida y la dificultad de construir una nueva dinámica familiar tras una ruptura sentimental. La historia se centra en Brad Taggart, interpretado con una dignidad contenida por Matthew McConaughey, un hombre que se ve forzado a asumir el rol de padre para los hijos de su ex esposa, Sarah (Jennifer Connelly). La película se basa en la idea de que el amor, aunque genuino, no siempre es suficiente para superar el arraigo emocional que los niños tienen con su padre biológico, creando un conflicto interno en Brad y un ambiente de rivalidad entre ambos hombres.

Jennifer Connelly ofrece una actuación particularmente brillante como Sarah, una mujer marcada por el dolor y la desconfianza. Su interpretación es sutil y compleja, transmitiendo la fragilidad y la determinación de una madre que lucha por proteger a sus hijos y, al mismo tiempo, se niega a sucumbir a la nostalgia. La relación entre Sarah y Brad, aunque se construye lentamente, tiene momentos de conexión genuina, lo que le da a la película una dimensión emocional que va más allá de la simple confrontación entre los padres. McConaughey, por su parte, realiza una actuación sobria y reflexiva, explorando la frustración y la impotencia de un hombre que se siente excluido del corazón de sus hijos. Si bien su interpretación es correcta, a veces le falta una mayor intensidad para transmitir plenamente la tormenta interna que reside en el personaje.

El guion de Steven Knight es, en general, sólido, pero presenta algunas fallas en su ritmo. Los primeros actos son lentos, dedicando demasiado tiempo a establecer el trasfondo de la relación entre Sarah y Brad, y la dinámica familiar. Sin embargo, la película se acelera notablemente en el segundo acto, cuando la rivalidad entre los padres y la creciente tensión entre los niños se hacen evidentes. Los diálogos son a menudo ingeniosos, aunque a veces se recurre a clichés del género. La película no se aventura en soluciones fáciles ni ofrece espectaculos visuales llamativos, lo que, en última instancia, es coherente con su enfoque en la complejidad de las emociones humanas. A pesar del clima de constante incomodidad, la película evoca, en buena medida, los dilemas que implica la redefinición de roles familiares.

A pesar de sus puntos débiles, “Padres por desigual” es un drama familiar que plantea preguntas importantes sobre el duelo, la paternidad y la capacidad de adaptación. Aunque no es una obra maestra cinematográfica, ofrece momentos de emoción genuina y fuerza a los espectadores a reflexionar sobre la importancia de la conexión familiar, independientemente de las circunstancias. El tema central de la película, a mi juicio, es su mayor punto fuerte, y logra generar cierta empatía por los personajes. La película es un estudio de personajes más que una aventura, y se centra en el dolor y la esperanza. Es una experiencia visualmente agradable y, en definitiva, conmovedora.

Nota: 6.5/10