“Pagado por completo” (Paid in Full) no es simplemente una recreación nostálgica de la Nueva York de los ochenta; es una radiante restitución, un regreso a un periodo que, en el cine, a menudo se reduce a clichés y estereotipos. La película, dirigida con una meticulosidad sorprendente por James White, se adentra en el corazón de Harlem, en 1986, pintando un retrato vívido y profundamente humano de la lucha por la supervivencia, la amistad y la ambición en medio de la creciente epidemia de las drogas.
El guion, coescrito por White y el propio DJ Premier (asistente de dirección musical), se basa en una historia real y no se limita a construir un melodrama. La trama, que se centra en Ace (Michael Ealy), un joven trabajador de una lavandería que observa con creciente desilusión el éxito de sus amigos en el tráfico de drogas, es contundente y, sobre todo, realista. No se presenta una batalla maniquea entre el bien y el mal. Los personajes, incluso los que se dedican a actividades ilegales, tienen sus motivaciones y sus dilemas. La película explora la complejidad de las relaciones, la presión del entorno y las decisiones individuales que pueden llevar a las personas por caminos oscuros. Premier, además de su contribución musical, demuestra su habilidad para crear atmósferas y texturas que transportan al espectador directamente al ambiente de la época. El diálogo, a menudo impregnado de jerga callejera, es creíble y añade autenticidad a la narrativa.
Las actuaciones son, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Michael Ealy ofrece una interpretación conmovedora como Ace, transmitiendo la frustración, la ambición y la moralidad en conflicto del personaje con una naturalidad que cautiva. Eme Isei también destaca como Mitch, el amigo que ha tropezado con el éxito, mostrando una faceta ambigua y compleja que evita simplificaciones. La película aprovecha al máximo su reparto secundario, llenando cada escena con personajes secundarios memorables que aportan profundidad y color al mundo de la película.
El director se distingue por su uso de la cámara y la música. La fotografía de Peter Deming recrea con maestría la paleta de colores y la luz de la época, utilizando una iluminación cálida y saturada que evoca la nostalgia. La banda sonora, compuesta por Premier, es el corazón palpitante de la película: un crisol de hip-hop, R&B y funk que no solo define el ambiente sino que también intensifica las emociones. Cada canción está cuidadosamente seleccionada y sincronizada con la acción, creando una experiencia inmersiva para el espectador. "Pagado por completo" no es simplemente una película; es una cápsula del tiempo que captura la esencia de una época y la resalta con un cuidado y una sensibilidad excepcionales.
Nota: 8.5/10