“Papá por sorpresa” (Father From the Stars, en su título original) no es una comedia romántica revolucionaria ni un drama familiar profundo, pero sí consigue, en su cometido, ofrecer un entretenimiento ligero y agradable, especialmente para aquellos que buscan una escapada rápida al cine. La película, dirigida por Adam McCarty, se aferra a la premisa básica de un hombre de negocios exitoso que se enfrenta inesperadamente a la paternidad, un tropo temático que ha resurgido con fuerza en los últimos años. Sin embargo, la película logra trascender la simple fórmula gracias a la dirección y a la química entre sus actores principales.
La dirección de McCarty se distingue por un ritmo fluido y un manejo ágil de las situaciones cómicas. No se enfoca en secuencias de humor exageradas o en gags que apelan únicamente a la risa fácil. En cambio, construye el caos resultante de la repentina paternidad de Joe Kingman (Mark Wahlberg) de forma realista, mostrando las dificultades logísticas y emocionales que conlleva la conciliación de su vida profesional, las obligaciones sociales y sus ya poco frecuentes citas, con la responsabilidad de criar a una niña de siete años, Jenny (Erica Roberts). La película logra mantener el interés del espectador al presentar desafíos concretos y tangibles, evitando caer en clichés y en simplificaciones excesivas. El uso de la fotografía, a menudo vibrante y colorida, contribuye a la atmósfera optimista y a la sensación de bienestar que impregna la historia.
Mark Wahlberg, a pesar de ser un actor con una trayectoria variada, ofrece una interpretación convincente de Joe Kingman. Se nota que el personaje no se siente completamente cómodo con la idea de ser padre, pero a la vez, su ternura y su deseo de conectar con Jenny son evidentes. Erica Roberts, por su parte, interpreta a Jenny con una naturalidad y una vulnerabilidad que despiertan la empatía del público. La relación entre ambos personajes, aunque no es el eje central de la trama, se construye de forma gradual y creíble. La química entre los dos actores es fundamental para el éxito de la película, ya que permite al público conectar emocionalmente con su historia. El resto del reparto, incluyendo a Jill Morrison como la pareja de Joe, añade un toque de comedia y, a su vez, contribuye a la complejidad del relato.
Sin embargo, no podemos ignorar que el guion, aunque funcional, carece de profundidad y originalidad. Las situaciones, aunque entretenidas, son predecibles y algunos diálogos resultan un poco forzados. La trama se centra casi exclusivamente en el impacto de la paternidad en la vida profesional de Joe, relegando a un segundo plano el desarrollo de la relación entre padre e hija. Si bien esta elección puede ser intencional, limita el alcance emocional de la película. En definitiva, “Papá por sorpresa” es un entretenimiento ligero y divertido, pero no se queda en nada más que una agradable distracción.
Nota: 6/10