Paparazzi (2004)

“Paparazzi” es una película que te atrapa desde sus inicios, no por su originalidad narrativa, sino por la intensidad visceral con la que aborda el trauma y la venganza. Dirigida por Oliver Stone, y con un Cole Hauser excepcionalmente comprometido, la cinta se erige como un estudio del lado oscuro de la fama, la obsesión y la búsqueda de justicia, aunque el camino para llegar a ella sea brutal y moralmente ambiguo.

La película se centra en Bo Laramie, un actor que ha alcanzado la cima del estrellato pero que lleva consigo un pasado turbulento. Cuando su mujer, Abby, y su hijo Zach sufren un terrible accidente a manos de un grupo de paparazzi descarados, Bo se ve sumido en un profundo duelo y en una furia implacable. Lo que comienza como un deseo comprensible de justicia rápidamente se transforma en una espiral de violencia, donde la línea entre el héroe y el villano se difumina peligrosamente. Stone utiliza un estilo visual denso y opresivo, recurriendo a planos cerrados y a una paleta de colores apagados que reflejan el estado emocional de Bo y la atmósfera sombría del thriller.

La actuación de Cole Hauser es, sin duda, el corazón de la película. Hauser ofrece una interpretación magistralmente construida, transmitiendo con credibilidad el dolor, la ira y la desesperación de un hombre que ha perdido todo. Su Bo es un personaje complejo y profundamente humano, no un villano caricaturesco, sino un hombre roto que busca recuperar su vida y la de su familia, aunque por medios terribles. Robin Tunney, como Abby, aporta una fuerza y una vulnerabilidad que complementan a la perfección la interpretación de Hauser. El resto del elenco, incluyendo a Heather Locklear como la ambigua fotógrafa, contribuyen a la atmósfera de constante tensión y desconfianza.

El guion, coescrito por Stone, no es la joya de la corona. Si bien la historia es intrigante y los conflictos emocionales están bien planteados, la narrativa se siente, en ocasiones, predecible y carente de profundidad psicológica. Algunas de las subtramas, especialmente las relacionadas con el pasado de Bo, se sienten un poco forzadas y se insertan de forma un tanto abrupta en la trama principal. Sin embargo, el ritmo frenético de la película, con sus persecuciones, tiroteos y momentos de violencia gráfica, ayuda a mantener la atención del espectador, compensando en parte las carencias del guion. La película explora de manera interesante la relación entre la prensa y la vida privada de los famosos, poniendo de manifiesto la invasión, la manipulación y la falta de respeto que a menudo acompaña a la búsqueda de una imagen pública.

A pesar de sus fallos, “Paparazzi” es una película que vale la pena ver, especialmente si eres un fan de Cole Hauser y si disfrutas de thrillers de acción con toques de drama y una fuerte carga emocional. Es una película intensa, visceral y, a veces, perturbadora, que te hará reflexionar sobre la naturaleza de la fama, la venganza y los límites de la moralidad.

Nota: 7/10