Para pasar un buen rato, llama... (2012)

“Para pasar un buen rato, llama…” no es una película que te deje con la boca abierta, ni una experiencia que te provoque una reflexión profunda. Es, sin embargo, una pequeña joya cinematográfica, un retrato inesperado y a menudo incómodo de la amistad femenina, la ambición infantil y la búsqueda desesperada de un sentido en la monotonía de la vida adulta. La película, dirigida con una sensibilidad casi sutil por primera vez por Lauren Chao, se erige como una obra que se disfruta más por su autenticidad que por su grandilocuencia.

El guion, coescrito por Chao y el aclamado Scott Neustadter, se basa en una premisa inicialmente absurda – la creación de una línea telefónica erótica por dos jóvenes amigas – que, sorprendentemente, funciona a la perfección. La escritura es inteligente, observadora y, a menudo, tremendamente divertida. Chao logra equilibrar el humor negro con momentos de vulnerabilidad genuina. La película no se toma la propia premisa demasiado en serio, permitiendo que el guion explore temas más amplios: la lucha por la independencia económica, la decepción en el amor, la dificultad de mantener la amistad a lo largo del tiempo, y la innegable necesidad humana de conexión. No obstante, la película no rehúye de la incomodidad, mostrando las consecuencias emocionales y sociales de sus acciones.

Las actuaciones son, sin duda, uno de los pilares de la película. Ari Graynor, en un papel que le sienta como la ropa, ofrece una interpretación brillante. Su interpretación como Katie, una mujer atormentada por el fracaso y la auto-destrucción, es compleja, conmovedora y, en ocasiones, profundamente humana. Su vulnerabilidad es palpable, lo que la convierte en un personaje con el que el espectador se conecta rápidamente. Lauren Miller, como Lauren, ofrece una contraparte equilibrada y igualmente convincente. La química entre las dos actrices es innegable; su relación, construida sobre la amistad, es el corazón palpitante de la película. Su interacción, a veces tensa, a veces tierna, es el motor que impulsa la narrativa.

La dirección de Chao es discreta pero eficaz. Evita los excesos estilísticos, optando por un enfoque naturalista que prioriza la observación de sus personajes. La película no busca la espectacularidad visual; en cambio, se centra en la atmósfera, en los pequeños detalles que revelan la realidad de la vida cotidiana de estas dos mujeres. La banda sonora, también compuesta por Chao, es una pieza fundamental para la construcción del ambiente, integrándose de forma sutil pero significativa con la acción en pantalla. El uso del color, aunque no llamativo, contribuye a la sensación de nostalgia y melancolía que permea la película.

En definitiva, “Para pasar un buen rato, llama…” es una película que, a pesar de su premisa aparentemente sencilla, ofrece una reflexión inesperada y honesta sobre la vida, la amistad y las elecciones que tomamos. Es una película que te hará sonreír, te hará pensar y, posiblemente, te deje con la sensación de que tal vez, solo tal vez, la clave para ser feliz está en algo tan simple como una conversación por teléfono.

Nota: 7/10