Paranormal Activity (2007)

“Paranormal Activity” no es la primera película de terror independiente que explora la omnipresente idea de la cámara escondida, pero sí la que mejor lo implementa y, lo que es más importante, lo que lo hace realmente efectivo. Esta película, estrenada en 2007, se centra en la vida cotidiana de Micah y Katie, una joven pareja que se enfrenta a una creciente y aterradora presencia demoníaca en su nueva casa. La dirección de Oren Peli es, en su esencia, magistralmente austera. Evita el melodrama barato y las explosiones de sustos predecibles, en su lugar, construye un ambiente de tensión palpable, casi claustrofóbico, a través de la cámara en primera persona. La película se basa en la incomodidad, en la sensación constante de que algo no está bien, en la incertidumbre de lo que se ve y se oye en la pantalla. Esta estrategia, lejos de ser un truco, es la clave para su éxito.

La película se construye casi exclusivamente a través del diálogo entre Micah y Katie, y de las imágenes capturadas por la cámara. El guion, aunque sencillo, se centra en la construcción gradual del miedo. No se explica el origen del espíritu, ni se recurre a explicaciones sobrenaturales complejas. Lo que importa es la experiencia de la pareja, su creciente desesperación y su incapacidad para entender o detener lo que les está sucediendo. La historia, por lo tanto, se centra en la vulnerabilidad y en la relación entre los personajes, elementos que funcionan a favor de un terror psicológico más efectivo que uno basado en jumpscares aislados. El ritmo es deliberadamente lento, permitiendo que la tensión se acumule gradualmente, y la falta de una voz narrativa externa (más allá de las grabaciones de la cámara) obliga al espectador a llenar los vacíos y a proyectar sus propios miedos.

Las actuaciones de Shannon Tweed (como Micah) y Alicia Michi (como Katie) son sorprendentemente convincentes. No se trata de actores consagrados con un vasto historial, pero transmiten la evolución de la relación de la pareja: el incredulidad inicial, el miedo creciente, la desesperación y la creciente paranoia. Tweed, en particular, logra dar vida a un Micah que va desde la seriedad de un corredor de bolsa hasta la locura paralizante. Michi, por su parte, representa la vulnerabilidad y la necesidad de proteger a su pareja. La dinámica entre ambos es realista y palpable, lo que hace que sus experiencias sean aún más impactantes.

Si bien el uso de la cámara escondida puede sentirse un poco forzado en algunos momentos, y la trama no es particularmente innovadora, “Paranormal Activity” logra establecer un tono inquietante y generar una atmósfera de terror sutil pero persistente. La película se erige como un ejemplo temprano del género de terror encontrado footage, un género que ha continuado evolucionando y experimentando desde entonces. Es una película que se queda contigo mucho después de que los créditos finales han terminado de rodar, dejando una sensación de incomodidad y un eco de lo que puede haber sucedido realmente en esa casa. Es un estudio de personaje y de la fragilidad de la cordura ante lo desconocido.

Nota: 7/10