Parásito (1982)

“Parásito” de Bong Joon-ho no es simplemente una película; es una experiencia visceral que te arrastra a un abismo de paranoia, desigualdad y desesperación. La película, a juzgar por su éxito global y la multitud de premios, ya es un fenómeno, pero su impacto trasciende las categorías de taquilla y reconocimientos. Es, sin duda, una obra maestra del cine contemporáneo que desafía nuestras ideas preconcebidas sobre clase social y el retrato del "éxito".

La dirección de Bong Joon-ho es, como siempre, impecable. La película se mueve con una precisión quirúrgica, alternando entre una comedia negra irónica y un thriller psicológico implacable. La utilización del espacio, especialmente el contraste entre la opulencia del hogar de los Park y la miseria de la familia Kim, es particularmente efectiva. La construcción de la tensión es magistral, incrementándose gradualmente hasta un clímax explosivo que te deja sin aliento. Bong Joon-ho manipula la cámara y el ritmo para crear una atmósfera de constante inquietud, donde nunca se sabe cuándo la risa se volverá en contra de los protagonistas. Es un ejemplo brillante de cómo la dirección puede amplificar la crítica social.

El reparto es, sencillamente, excepcional. Song Kang-ho como Ki-taek, el padre de la familia Kim, ofrece una interpretación de una intensidad asombrosa. Su personaje, a la vez cínico y vulnerable, es el corazón de la película. Cho Yeo-je, como Moon-gwang, la joven y enigmática empleada de los Park, aporta una fragilidad y una fuerza que contrastan de manera inquietante. El resto del elenco, incluyendo a Lee Sun-kyun y Jang Hye-jin, cumplen con creces, dotando a sus personajes de una complejidad y un realismo que los hace increíblemente cercanos y convincentes. No son villanos unidimensionales; son seres humanos desesperados por sobrevivir en un sistema que los ha relegado a los márgenes.

El guion, adaptado de un cuento surcoreano, es inteligente y sutil. Bong Joon-ho no recurre a soluciones fáciles o moralizadoras. La película presenta una visión compleja y multifacética de la clase social, mostrando cómo la desigualdad crea un círculo vicioso de pobreza y desesperación. La película explora temas como la ambición, la codicia, la hipocresía y la desesperación, todo ello envuelto en una trama que es a la vez divertida y perturbadora. El giro argumental, que se revela progresivamente, es uno de los más impactantes que he visto en años, y plantea interrogantes sobre la naturaleza humana y la justicia social. La película funciona a la perfección como una alegoría sobre la lucha de clases, ofreciendo un retrato incómodo pero necesario de una sociedad profundamente desigual.

En definitiva, “Parásito” es una película que te seguirá acompañando mucho tiempo después de que los créditos finales hayan terminado. Es una obra maestra visual y narrativa que merece ser vista y discutida. Bong Joon-ho no solo ha creado un thriller tenso y entretenido, sino que también ha ofrecido una reflexión profunda sobre la condición humana.

Nota: 9.5/10