Pareja enloquecida busca madre de alquiler (1990)

“Pareja enloquecida busca madre de alquiler” es una comedia romántica que, a pesar de sus pretensiones de ser algo más profundo, se mantiene firme en su terreno de diversión ligera y situaciones absurdas. La película, dirigida con cierta gracia por María del Mar Rodríguez, explora la complejidad de la maternidad a través de la lente de un deseo inquebrantable: tener un hijo. Y, por supuesto, recurrir a la inseminación artificial con una madre de alquiler, un recurso cada vez más común, pero que aquí se presenta como una aventura, un proyecto personal con requisitos específicos.

El guion, aunque no sobresale por su originalidad, cumple su función de entrelazar el deseo de Manolo y Lola con una serie de obstáculos cómicos y emocionales. La premisa es sólida y, en principio, ofrece un buen punto de partida para una exploración de la identidad parental y las expectativas que la sociedad impone a las parejas que desean formar una familia. Sin embargo, el desarrollo de la trama se centra mayormente en la búsqueda de la "madre perfecta" –una joven con un físico estelar, una buena relación con su familia, y, por supuesto, un alto nivel de inteligencia y estabilidad emocional – lo que acaba por desviar la atención de la problemática central. Los diálogos, en general, son ingeniosos, pero a veces se inclinan hacia la caricatura, perdiendo un poco de realismo y profundidad.

El reparto se beneficia de actuaciones sólidas. Martín Barranco y Ana Guerra brillan como Manolo y Lola, transmitiendo de manera convincente la frustración, el deseo y la ternura que los lleva a esta decisión. Barranco, en particular, interpreta con naturalidad la evolución de Manolo, un hombre acostumbrado a la facilidad y el control, que se ve forzado a replantearse sus prioridades. Guerra, por su parte, aporta un toque de humor y vulnerabilidad a su personaje, mostrando la complejidad de una mujer que, a pesar del deseo de ser madre, lucha con sus propias inseguridades. Los secundarios, como siempre ocurre en estas comedias, no tienen mucho protagonismo, pero cumplen con la labor de proporcionar alivio cómico y apoyar la trama principal.

La dirección de Rodríguez logra mantener un ritmo ágil y dinámico, alternando momentos de humor con escenas más íntimas y emotivas. La película no se toma excesivamente en serio, consciente de su naturaleza ligera, y se permite incluir algunos elementos exagerados y situaciones surrealistas que refuerzan el tono cómico. El uso de la música es acertado, contribuyendo a crear el ambiente general de la película. Sin embargo, la cinematografía, aunque funcional, no aporta un valor estético significativo. En general, “Pareja enloquecida busca madre de alquiler” es un entretenimiento agradable, ideal para una noche de cine en casa, aunque carente de un gran impacto emocional o narrativo.

Nota: 6/10