Parents (1989)

“Parents” (Padres) no es la comedia familiar más explosiva de la temporada, ni mucho menos, pero sí un estudio inquietante sobre las máscaras sociales, el miedo a la verdad y la fragilidad de las relaciones familiares. La película, dirigida con una sutileza inquietante por Michael Mohan, se centra en la progresiva desintegración de la vida de Nick y Lilly, sus padres, y en la disonancia entre la imagen que proyectan y la realidad que esconden. La película se construye lentamente, creando una atmósfera de creciente tensión y paranoia que te atrapa desde el principio, aunque a veces con una lentitud que podría ser percibida como abrumadora para algunos espectadores.

El guion, adaptado de la obra teatral homónima de Matthew López, se beneficia de un enfoque minimalista y, a veces, casi documental. Se evita el melodrama barato y se concentra en la comunicación (o la falta de ella) entre los personajes. La película no explica, sino que sugiere, dejando al espectador con la tarea de interpretar las motivaciones ocultas de los padres. Esta ambigüedad es, en gran medida, una de sus mayores fortalezas, ya que nos obliga a cuestionar nuestras propias suposiciones sobre la naturaleza humana y las razones detrás de las acciones de las personas que nos rodean. Si bien la trama principal es sencilla, la película explora temas profundos como el estatus social, el miedo al juicio y la dificultad de ser honesto con uno mismo y con los demás. No se trata de una crítica directa a las clases medias, sino de una observación perturbadora sobre la necesidad humana de proyectar una imagen idealizada.

Las actuaciones son excepcionales, en particular las de John Gallagher Jr. como Nick y Olivia Wilde como Lilly. Ambos actores logran transmitir con gran precisión la incomodidad, el nerviosismo y la desesperación de sus personajes. Nick, interpretado por Gallagher Jr., es un hombre atrapado en un ciclo de aparentar y complacer, mientras que Lilly, por parte de Wilde, es una mujer que lucha por mantener el control en un entorno familiar cada vez más caótico. La química entre los dos actores es palpable y fundamental para el éxito de la película. También destaca la actuación de Caleb Landry Jones como Michael, el hijo, cuya inocencia y creciente desconfianza son el catalizador de la trama. Su mirada infantil y sus preguntas incómodas son la brújula moral de la película, obligando a los padres a enfrentarse a sus propias mentiras.

La dirección de Mohan es discreta pero efectiva. Evita los clichés del género y se centra en los detalles, en los pequeños gestos y las miradas que revelan más de lo que se dice. La fotografía es sombría y opaca, reflejando el estado emocional de los personajes y la atmósfera de paranoia que se extiende por toda la película. La banda sonora, minimalista y con un toque melancólico, contribuye a la sensación de incomodidad y tensión. En definitiva, “Parents” es una película que te deja con una sensación inquietante y te obliga a reflexionar sobre la complejidad de las relaciones familiares y la importancia de la autenticidad. Aunque su ritmo pausado pueda no ser del gusto de todos, es unánimamente recomendable para aquellos que buscan una experiencia cinematográfica inteligente y perturbadora.

Nota: 7/10