Parker (2013)

‘Parker’ es un thriller neo-noir que, a primera vista, podría parecer un simple ejercicio de acción estilizada. Sin embargo, la película de tal vez la década de los 2000, dirigida por Owen Wilson, revela un núcleo sorprendente de complejidad moral y, sorprendentemente, un cierto atractivo intelectual. Wilson, quien también co-escribe el guion, ofrece una interpretación de Parker, un ladrón de alta clase, que va más allá de la mera ejecucion de robos; lo que nos presenta es un hombre impulsado por un código ético retorcido, una justificación de sus actos basada en la inequidad social. No busca el oro, sino el castigo de aquellos que abusan de su poder y riqueza.

La dirección de Wilson es, en general, bastante sólida, buscando un equilibrio entre la estética visual frenética del género y un cierto control narrativo. Los planos son bien pensados, con una marcada atención al detalle que contribuye a la atmósfera de tensión y peligro constante. Se aprecia una estética moderna, influenciada por directores como Christopher Nolan y Spike Lee, aunque la película a veces se deja llevar por la exuberancia del estilo, a costa de la profundidad. El uso de la música, con tracks modernos y elementos electrónicos, es integral para crear la sensación de paranoia y urgencia que impregna la trama. Wilson como director demuestra una capacidad para dirigir secuencias de acción convincentes, pero a veces prioriza el espectáculo sobre la construcción de personajes.

La actuación de Joseph Gordon-Levitt como el socio de Parker, Vincent, es particularmente destacada. Gordon-Levitt ofrece una interpretación sutil y convincente, aportando un contrapunto interesante a la personalidad fría y calculada de Parker. La química entre ambos actores es palpable, y su dinámica de mentor-aprendiz, aunque llena de celos y desconfianza, es fundamental para el desarrollo de la trama. Scarlett Johansson, en un papel más pequeño pero aún significativo, aporta un elemento de misterio y vulnerabilidad. Su interpretación como una mujer en apuros que se convierte en una pieza clave en la trama es intrigante y ofrece una breve pero memorable aparición.

El guion, aunque presenta algunos agujeros de tinta y momentos predecibles, se beneficia de una trama intrigante que plantea preguntas sobre la justicia, la moralidad y las consecuencias de las acciones. El concepto de un ladrón que solo roba a los ricos es intrigante y genera reflexiones sobre la desigualdad social. Sin embargo, la resolución del conflicto, al igual que algunas de las motivaciones de los personajes, carecen de la profundidad que podría haber enriquecido la experiencia. La película se queda en superficie, a pesar de sus buenos elementos. La idea original, sin embargo, es interesante y ofrece material suficiente para una exploración más amplia.

Nota: 7/10