Party Monster (2003)

(EN) · Comedia, Drama, Crimen · 1h 38m

Póster de Party Monster
Media
2.5 /10

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Sinopsis

Michael y James son dos jóvenes del medio oeste americano que van a Nueva York. Aunque en un principio no está claro para James, Michael enseguida reconoce que son almas gemelas y no se separa de James. Ambos sin embargo tienen sus diferencias: Michael es más estudioso aunque James es más listo y aprende más rápido. Por su parte, James inicia a Michael en la vida nocturna neoyorquina, pero es éste último el que rápidamente asciende a la cima. Y así, juntos, Michael y James iniciarán una aventura en la que no faltará de nada...

Ficha de la película

Título original

Party Monster


Estreno


Géneros

Idioma original

EN



Guionista

Brad Simpson, Fenton Bailey, Randy Barbato, Jon Marcus, Christine Vachon


Reparto principal de Party Monster

Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Party Monster.

Tráiler Oficial

Ver tráiler oficial de Party Monster

Críticas de la película

Opiniones reales de usuarios que han visto Party Monster. Consulta sus valoraciones y comentarios.

Sofía Torres
⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐ (7.0/10)

“Party Monster” (1998) es una película que, a pesar de su controversia inicial y la polémica que rodeó su estreno, merece un análisis más profundo que la simple etiqueta de “tabú” o “exhibicionista”. Dirigida por Patrik Sörstö y basada en la autobiografía de Christian Vanderkam, la película no es una glorificación de la vida de fiestas y excesos; más bien, es una mirada desmitificadora, aunque a veces torpe, a la construcción de una identidad y a las consecuencias de una vida superficial. La película se centra en la relación entre Michael y James, dos jóvenes estudiantes de una pequeña ciudad americana que se aventuran en la vibrante y despiadada Nueva York. Desde el principio, la química entre los dos protagonistas es palpable, creando un núcleo narrativo atractivo que, a su vez, sirve como trampolín para explorar temas complejos como la fama, la sexualidad, la adicción y la búsqueda de la autoaceptación.

La dirección de Sörstö se caracteriza por un estilo visual audaz y poco convencional, que refleja la naturaleza caótica y desinhibida del mundo que retrata. La cámara suele ser invasiva, atrapando momentos íntimos y crudos que, en otras circunstancias, podrían resultar incómodos. Sin embargo, esta decisión estilística es fundamental para transmitir la sensación de estar sumergido en la vida nocturna de la ciudad, donde la privacidad es un lujo y la superficialidad reina. La banda sonora, omnipresente y llena de ritmos electrónicos, contribuye a crear una atmósfera particular, una especie de trance hedonista que impregna toda la película. La película no rehuye el lado oscuro de esta vida: las fiestas, el alcohol, las drogas, las relaciones pasajeras y las decepciones son elementos intrínsecos de la trama, aunque no se presentan de manera moralizante.

Las actuaciones son, en general, sobresalientes. Paul Rudd, en el papel de Michael, ofrece una interpretación genuinamente convincente. Su evolución, desde el joven tímido y estudioso hasta el magnate de la discoteca, es gradual y creíble. John Patrick Amsler como James, por otro lado, se destaca por su carisma y su capacidad para transmitir la ambición y la vulnerabilidad de un individuo en busca de su lugar en el mundo. Si bien el guion a veces cae en clichés y en momentos excesivamente artificiosos, especialmente en la representación de los personajes secundarios, la dinámica entre Michael y James es lo que mantiene la película en marcha. El guion, sin embargo, se beneficia de diálogos rápidos y con personalidad, que reflejan la actitud despreocupada de los protagonistas. Es notable la forma en que se abordan las referencias a las drogas y al alcohol, presentándolos no como soluciones, sino como un camino hacia la autodestrucción.

En definitiva, “Party Monster” es una película que provoca. No es perfecta, y su estilo puede resultar demasiado agresivo para algunos espectadores. Pero, en su intento de desvelar la realidad detrás de la máscara de la fama y la diversión, ofrece una reflexión interesante sobre la construcción de la identidad y las consecuencias de una vida sin rumbo. La película consigue, a pesar de todo, ser un retrato interesante, aunque controvertido, de una época y de una manera de vida. No se trata de una glorificación, sino de una advertencia sutil, a veces con fuerza, sobre los peligros de la búsqueda de la aprobación externa y la falta de autenticidad.

Nota: 7/10

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