Pasos de baile (2002)

‘Pasos de baile’ (Steps of Dance) no es solo un thriller político; es una meditación visceral sobre la violencia, la desesperación y la pérdida de la inocencia en un paisaje rural andino. La película, dirigida con maestría por Javier Rebollo, se erige como un testamento visual y emocional de la Guerra Fría en un contexto que a menudo se pasa por alto: América Latina. La trama, que empieza como un caso policial relativamente sencillo, rápidamente se transforma en una confrontación existencial, forzando al espectador a cuestionar las motivaciones de cada personaje y la verdadera naturaleza del conflicto.

Javier Bardem ofrece una actuación excepcionalmente contenida pero profundamente conmovedora como Agustín Rejas. No es un héroe de acción con una sonrisa fácil. Bardem retrata a un hombre atormentado por la ineficacia de su trabajo, por el peso de las decisiones que debe tomar y por la creciente sensación de que está atrapado en un ciclo de violencia. Su mirada, a menudo vacía, es la revelación de un alma desgastada. La película se construye en gran medida a través de su rostro, transmitiendo la angustia silenciosa y el lento declive moral de Rejas. A su lado, Darío Grandón destaca como el sargento Morales, un militar pragmático y atormentado por sus propias hazañas, que se convierte en un espejo para la duda y la incertidumbre de Rejas. Las interacciones entre ambos generan tensión y un interés palpable por conocer sus historias.

La dirección de Rebollo es brillante. La fotografía de José Luis Merino es una de las mayores fortalezas de la película. Los colores apagados y los paisajes desolados – la niebla, los cerros, los caminos polvorientos – reflejan el ambiente opresivo y la pobreza que definen el mundo de ‘Pasos de baile’. La película no necesita muchos diálogos para comunicar la crudeza de la realidad. Las escenas son densas en simbolismo y en sugerencia. La lentitud del ritmo, a veces, puede sentirse como un obstáculo, pero es precisamente esta pausa deliberada la que permite al espectador asimilar el impacto de la violencia y la desesperación. El guion, aunque a veces excesivamente estilizado, explora con sensibilidad las consecuencias humanas de la guerra, no solo a nivel físico, sino también emocional y espiritual. La película se sumerge en el miedo, la culpa y la pérdida de identidad que carcome a las comunidades rurales.

Es importante destacar que ‘Pasos de baile’ no ofrece soluciones fáciles ni juicios simplistas. La película deja la reflexión en manos del espectador, presentando una visión compleja y matizada de un conflicto donde no hay héroes ni villanos obvios. Es una obra cinematográfica que permanece en la memoria, resonando por su atmósfera opresiva, su fotografía impactante y sus actuaciones magistrales. Es una película que exige atención y compromiso, pero que recompensa al espectador con una experiencia cinematográfica intensa y memorable.

Nota: 8/10