Paw Patrol. Mission Xmas (2022)

“Paw Patrol: Misión Navideña” no es, por supuesto, una joya cinematográfica de la misma factura que un Bergman o un Tarantino, pero sí que, sorprendentemente, logra un grado de entretenimiento que la convierte en una opción viable para una tarde familiar. La película se beneficia enormemente de la familiaridad que la franquia ha cosechado con su público infantil, y se centra en lo que los niños esperan de una aventura navideña: persecuciones, rescates y un villano caricaturesco que, al final, se derrota con una buena dosis de ingenio. La trama, aunque predecible, cumple su función de presentar una situación de crisis navideña que requiere la acción heroica de los cachorros y sus gadgets.

La dirección, liderada por un equipo que parece priorizar el dinamismo visual y la acción, es adecuada para el público infantil. Hay una constante alternancia entre la acción en la calle de Adventure Bay y escenas de acción más elaboradas en el Caribe, lo que mantiene el interés visual. Sin embargo, la dirección no se permite ambiciones narrativas mayores; la película se mantiene dentro de los parámetros de una aventura de acción simplificada. Lo que sí se percibe es un esfuerzo por dotar al espectáculo de cierta modernidad, con el uso de efectos visuales decentes, aunque no espectaculares, para las persecuciones y los elementos fantásticos, como la tormenta de nieve que amenaza con sepultar a Santa. La banda sonora, típica de las producciones de Nickelodeon, refuerza el tono alegre y enérgico de la película, aunque con cierta repetición.

Las actuaciones, por supuesto, provienen de un elenco de personajes animados, y la voz de cada cachorro es consistente con su personalidad. Ryder, el líder de los cachorros, está bien interpretado, transmitiendo la calma y el liderazgo que se espera de él. Sin embargo, la película se centra casi por completo en la acción, dejando poco espacio para el desarrollo de los personajes más allá de sus roles básicos. La introducción de Robops, un robot asistente, añade un elemento cómico interesante y, si bien su presencia es funcional, no llega a ser realmente memorable. El antagonista, Mayor Humdinger, es el cliché del villano vanidoso, pero se le da un diseño visual que lo hace visiblemente cómico y su plan, aunque simple, se justifica con la motivación de un deseo de regalos. El actor de voz, aunque competente, no tiene mucho que hacer con su personaje.

El guion, tal como es habitual en estas producciones, es ligero y enfocado en el entretenimiento inmediato. Las situaciones que se presentan son claras y fácilmente comprensibles para los niños. La resolución de cada problema se basa en la inteligencia de los cachorros y en el uso de sus gadgets, lo que refuerza el mensaje de que la colaboración y el ingenio pueden superar cualquier obstáculo. No obstante, la película carece de profundidad y de matices, y su ritmo es bastante acelerado, lo que puede resultar abrumador para los espectadores más sensibles. El conflicto principal, la amenaza a la Navidad, es bastante obvio, y la película no explora en mayor profundidad las implicaciones emocionales de la situación. La inclusión de un pequeño elemento de crítica social, con el tema de la codicia, es sutil, pero presente.

Nota: 6/10