Pegado a ti (2003)

“Pegado a ti” (Attached) es una comedia improbable que se atreve a jugar con las convenciones del género, y aunque no lo hace con una perfección asombrosa, logra ofrecer una experiencia cinematográfica sorprendentemente entretenida y, a veces, incluso conmovedora. La película, dirigida con un cierto descaro por Matthew Charron, se basa en una premisa audaz: dos hermanos siameses, con talentos deportivos olvidados y una ambición latente, buscan la fama en Hollywood. Y la encuentran, de la manera más inesperada.

La película explora la dinámica fraternal de Bo y Walt, y su relación, marcada por el afecto y la competición, es el corazón del relato. La actuación de los hermanos Hayes es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Logran transmitir la complejidad de su vínculo, sus frustraciones, sus sueños y, a veces, una sutil vulnerabilidad. La química entre ambos es palpable y esencial para que la historia funcione. Sin embargo, la película no se queda solo en la relación fraternal. La inclusión de personajes como la vecina, sensual y astuta, aportando un contrapunto a la ingenuidad inicial de los hermanos, y la aparición de la legendaria Cher, no solo le dan una dosis de glamour, sino que también sirven para explorar la idea de la fama y la ambición de una manera más amplia.

El guion, aunque a veces recurre a situaciones exageradas y a diálogos un tanto rebuscados, demuestra una voluntad de subvertir las expectativas del espectador. La trama, que podría haber derivado en una comedia pastelera, se mantiene sorprendentemente interesante gracias a la incorporación de elementos inesperados y a la manera en que la película explora la idea del “éxito” desde diferentes perspectivas. La escena donde Cher intenta sabotear la serie, y a la vez la salva, es particularmente ingeniosa y muestra la capacidad de la película para combinar humor y una pizca de drama. No obstante, es importante reconocer que la evolución de la trama puede parecer algo forzada en algunos momentos, priorizando el impacto cómico sobre la coherencia narrativa.

La dirección, aunque no destaca por una grandilocuencia visual, es funcional y efectiva. Charron logra mantener el ritmo de la película, alternando momentos de humor y drama con soltura. La fotografía, aunque simple, sirve para crear una atmósfera visualmente agradable, y la banda sonora, con canciones pop de los 80 y 90, añade un toque nostálgico y contribuye a la atmósfera general de la película. La actuación de Cher, a pesar de su breve aparición, es impactante y captura la esencia de la diva. Su personaje añade un elemento de sofisticación y misterio a la historia. Finalmente, la película no busca ser una obra maestra, sino un entretenimiento ligero y divertido, que, sin duda, ofrece una reflexión sobre la búsqueda de la fama y el precio del éxito.

Nota: 7/10