Peligro en Bangkok (2008)

“Peligro en Bangkok” (2023) es un intento de resucitar la adrenalina y el estilo visualmente impactante de la película original tailandesa, “Bangkok Dangerous” (1999), y en este sentido, logra ciertos elementos. Sin embargo, el nuevo remake, dirigido por el propio Tony Gatris, no alcanza la misma intensidad ni la originalidad, resultando una película entretenida pero, en última instancia, carente de la chispa que la hacía tan singular.

La dirección de Gatris es competente, especialmente en la recreación de Bangkok. La película se sumerge en una ciudad caótica y vibrante, con sus mercados bulliciosos, callejones laberínticos y la omnipresente humedad. La fotografía es notable, utilizando colores saturados y encuadres dinámicos que contribuyen a la atmósfera de peligro constante. Sin embargo, la dirección carece de una visión personal fuerte. Se siente como una réplica fiel, pero no como una reinvención del género. Se enfatiza la acción y la violencia, y aunque son bien ejecutadas, no logran conectar emocionalmente con el espectador.

Las actuaciones son sólidas. Chris Hemsworth, como Joe, transmite la frialdad y la profesionalidad de un asesino a sueldo, aunque a veces le falta profundidad para que el personaje resulte verdaderamente memorable. Meng Li, quien interpreta a Kong, ofrece una interpretación convincente, aportando un toque de humor negro y una cierta vulnerabilidad al personaje. La química entre Hemsworth y Meng Li es palpable, lo que enriquece la dinámica entre los dos personajes y añade una capa adicional a la trama. Sin embargo, la película no profundiza lo suficiente en sus motivaciones, limitando el potencial de sus relaciones.

El guion es el punto más débil de la película. Si bien la premisa es interesante y ofrece posibilidades de desarrollo, la ejecución es predecible y llena de clichés del género de acción. Los diálogos son a menudo expositivos y carentes de ingenio. Se abusa de los gags y situaciones exageradas, lo que resta credibilidad a la trama. La historia se complica innecesariamente, con un giro argumental que, en lugar de sorprender, resulta forzado y poco convincente. La resolución final, aunque violenta, no ofrece ninguna conclusión satisfactoria y deja una sensación de inconclusividad.

En definitiva, “Peligro en Bangkok” es un entretenimiento decente para un domingo por la noche, pero que no llega a ser más que un mero ejercicio de estilo. Aunque su estética visual es atractiva y las actuaciones son sólidas, la falta de originalidad en la trama y la excesiva dependencia de clichés hacen que sea una película olvidable.

Nota: 6/10