Pelotazo nacional (1993)

“Pelotazo nacional” es una comedia de enredos que, sorprendentemente, consigue transmitir un mensaje sutil sobre la obsolescencia social y el deseo de dejar un legado. La película, dirigida con una naturalidad agradable por Alberto Cortés, no busca provocar la carcajada estruendosa, sino un disfrute más contenido, alimentado por la situación absurda en la que se encuentran sus protagonistas. La trama, centrada en un grupo de ancianos que, con la ayuda de un joven, deciden realizar un ambicioso plan para "rehabilitar" terrenos baldíos y así hacerlos útiles, es la base de un espectáculo cómico que, en ocasiones, se acerca a la genialidad. La idea de un equipo de jubilados, ávidos de propósito y con una visión, a veces poco realista, del futuro, es la columna vertebral de la película.

La dirección de Cortés destaca por su capacidad para crear un ambiente creíble y, a la vez, exagerado. La película se mueve entre lo realista y lo caricaturesco con maestría, permitiendo que el espectador se identifique con las motivaciones de los personajes sin caer en la ridiculez. La puesta en escena, las localizaciones y el vestuario contribuyen a la atmósfera general, realzando el ambiente peculiar de la historia. Se aprecia un cuidado en los detalles que aporta a la autenticidad del relato, incluso en sus momentos más disparatados.

El reparto es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Javier Godino, como el cabeza de grupo, muestra un gran carisma y una notable capacidad para interpretar a un hombre mayor, un poco loco, pero con un gran corazón. Acompañado por actores como Antonio Reséndez, Luisrí Fernández y María Morales, el grupo de veteranos ofrece actuaciones sólidas y convincentes, logrando que el espectador se sienta empatía por sus intentos fallidos de triunfar. La química entre los actores es palpable y contribuye significativamente al éxito de la comedia.

El guion, firmado por Cortés y Nacho Martínez, presenta algunos momentos particularmente ingeniosos, con diálogos ágiles y situaciones inesperadas. Sin embargo, también es cierto que la trama puede resultar un tanto confusa en algunos puntos, y el ritmo podría haberse pulido para eliminar algunos recelos. A pesar de estas pequeñas carencias, la película logra mantener el interés del espectador durante la mayor parte de su duración, gracias a su tono ligero y a la constante sucesión de gags. El guion explora, de manera sutil, la frustración de la vejez y la necesidad de sentir que se está haciendo algo valioso en la vida, incluso si eso implica cometer algún que otro error. Se trata de una reflexión sobre el valor del esfuerzo, la amistad y la perseverancia, envuelta en un envoltorio cómico.

En definitiva, “Pelotazo nacional” es una comedia entrañable y refrescante, que merece la pena ver. No es una obra maestra, pero sí una película que provoca sonrisas y que invita a reflexionar sobre temas importantes con un toque de humor.

Nota: 7/10