Percy Jackson y el ladrón del rayo (2010)

‘Percy Jackson y el Ladrón del Rayo’ es una película que, en primer lugar, confirma lo que muchos esperábamos: una adaptación lo suficientemente fiel a la novela homónima de Rick Riordan, y con suerte, un punto de inflexión para las películas de la saga. La película, dirigida por Chris Columbus, logra transmitir el ambiente mágico y la aventura que caracteriza al mundo de la mitología griega, pero, al igual que sus predecesoras, se ve afectada por una inconsistencia narrativa y una ejecución a medio camino entre la fantasía y lo pretencioso.

La película se centra en Percy Jackson (Logan Lerman), un adolescente problemático y desamparado que se ve repentinamente arrastrado a un mundo que jamás imaginó. La transformación de Lerman es convincente, mostrando con éxito la confusión, el miedo y la creciente determinación del protagonista al descubrir su verdadera identidad. Sin embargo, el guion, adaptado por Craig Mazin, se ve a veces lastrado por un ritmo desmedido, lanzándose de un evento a otro sin dedicar el tiempo necesario a construir relaciones y profundizar en la psicología de los personajes. El desarrollo de la amistad entre Percy y Annabeth (Alexandra Daddario), aunque visualmente atractiva, carece de la sutileza y el peso emocional que encontraríamos en la novela.

La dirección de Chris Columbus logra capturar la esencia de la mitología. Los efectos visuales, especialmente en las escenas de acción y las criaturas mitológicas, son impresionantes y evitan caer en el CGI barato que a veces plagó las adaptaciones anteriores. La recreación de la Biblioteca de Alexandria, utilizada como sede del Campamento Mestizo, es un festín visual. No obstante, la película no logra superar esa sensación de que se apura en la presentación de elementos claves, dejando a algunos personajes secundarios, como Grover (Brandon T. Jackson), en un segundo plano.

La película se beneficia enormemente de las actuaciones del reparto. Alexandra Daddario aporta una gran madurez a Annabeth, dando vida a una semidiós inteligente, segura de sí misma y con un encanto innegable. Logan Lerman, a pesar de la presión de ser la cara de la saga, cumple con creces, transmitiendo la vulnerabilidad y la creciente confianza del personaje. La dinámica entre Percy y Annabeth es uno de los puntos fuertes de la película, aportando una dimensión romántica sutil pero atractiva a la historia.

En definitiva, ‘Percy Jackson y el Ladrón del Rayo’ es una película entretenida que cumplirá las expectativas de los fans de la novela y de la saga en general. Aunque no alcanza la perfección, ofrece una buena dosis de acción, aventura y elementos mágicos. La película se centra más en el espectáculo visual que en la profundidad de la trama y el desarrollo de sus personajes, pero logra mantener al espectador enganchado hasta el final. Es una mejora respecto a adaptaciones anteriores, pero aún necesita pulirse para consolidarse como una obra maestra.

Nota: 7/10